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PEQUEÑO UNIVERSO

Ricardo Hernández López

Esta vida de contrastes es inesperada, me asomo por la ventana para mirar los árboles que rodean la casa, cuando de pronto, una pequeña ave se estrella contra el vidrio, cae, para mi sorpresa, ya sin aliento dando tumbos en el recién cortado pasto hasta quedar inmóvil. En un instante sorpresivo se marchó de este mundo siendo yo el único testigo. No necesitó ceremonias para morir; tampoco velorio, misas, flores ni llanto. Desconozco si alguna ave compañera llorará por ella, si tendrá pequeñas aves que la esperarán, si habrá alguien que la recordará.

Yo, aún asombrado y con una terrible tristeza, comparé los tamaños de la vida y concluí que para un ser pequeño, grande o gigante, la vida es la misma, con igual importancia, con la misma trilogía del destino: nacer, vivir e irremediablemente morir sin importar el color de la piel, del plumaje o del cascarón. Me doy cuenta que soy un ignorante de este mundo; soy acaso de la raza de los egoístas, de los que piensan que solo el ser humano sufre, que solo nosotros tenemos sentimientos, no nos damos cuenta que la grandeza de la vida nos depara un destino igual.

Tenemos costumbres hechas por y para seres humanos, no para los animales. Si muere una persona lloramos, si mueren otros seres vivos ni nos preocupamos. Pensamos en ellos como seres inferiores que están en el planeta de adorno, para nuestro alimento y deleite, para pisotearlos o matarlos, y decidir, de acuerdo con nuestro estado de ánimo, cuándo una pequeña araña merece morir y cuándo le perdonamos la vida; sin darnos cuenta que somos un pequeño universo en la infinitud del espacio, visto, quizá, por seres gigantes que también deciden cuándo debemos morir y cuándo nos perdonarnos la vida.

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4 comentarios en «Pequeño Universo»

  1. Alma Delvia Garduño Urquiza

    Así es mi querido amigo, seas del tamaño que sea, estrato social u origen, el mundo es el mismo para todos y aún así no hemos aprendido a convivir y respetarnos todos.

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