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ESCRITOS

Sandra Iris

 

Piel gastada

Avanza la mirada triste por tu sinuosidad

Por esos pliegues dibujados en humedad y vapor

O por aquellos tan fríos, rocosos y calurosos a la vez.

 

Avanza la mirada triste

Por tu piel gastada

Por esa que está tan llena de pecados

Pero que abraza a cada visitante.

 

Con tus labios rotos

Buscas pronunciar un azul verdoso

Y así alivianar esos parches negros

Parches que te destruyen

Pero todo sigue en silencio

Un silencio cómplice de tu belleza

De tu júbilo

Pero, sobre todo

De “surcos de dolores”.

 

 

Ataduras de lujuria

Sigo atada a ti

Es como si los susurros de cada noche

Me arrastrasen a un tipo de amor que quema la piel

De esos que arrancan cada uno de los pétalos de inocencia cultivados en primavera

Pero hoy mi alma está enfadada

Sigo esperando calmar esta hoguera que con mordiscos y caricias no supiste apagar aquel día

No bastaron tantos suspiros y gemidos en la cama

A fin de cuentas, la revoltura no fue ahí

Fue más adentro, en esa inconsciente parte del ser humano

Se nos olvidó que los desórdenes deben ser con las sabanas y no con la ira

Ahora no puedo salir de este abismo en el que me siento atada

Cada uno de los poros de mi piel exige de nuevo ese temblor de piernas

Esos mordiscos en los labios

Esos lamentos en el oído

Que humedecen cada insomnio y cada amanecer

No basta con borrar ese juego de placeres que construimos al principio

Debes irte, maldita sea

Lárgate lejos

De mis sueños perversos

De mis caricias mal intencionadas

Y hasta de las sensatas

Ya tus manos no me recorren

Centímetros debajo del abdomen no explota

No, no nos hacemos bien

Ya no nos hacemos trizas con lujuria.

 

 

¡Negra!

El color que revienta bajo mis venas, se suspende 

bajo el escándalo humano

Ya no somos fuerza, remiendo, mano de obra…

¡No!

Ahora somos blasfemia disfrazada de «Arte»

No del acopio de nuestra integridad

Ahora somos trofeos radiantes de una historia hostil, 

de una vida de miseria

Y si no tienes caderas pronunciadas

Sonrisa deslumbrante o un cabello encogido 

hasta el punto de no deslizar tus dedos en él…

Entonces ya no eres negra

No hemos dejado de vivir en el escándalo

Mientras unos son modelos en pantallas pálidas

Otros, no salen de la exigüidad del barro oscuro

No plagado de desechos, ¡no!

Es un barro oscuro de las sombras del pasado.

 

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