Ataduras de lujuria
Sigo atada a ti
Es como si los susurros de cada noche
Me arrastrasen a un tipo de amor que quema la piel
De esos que arrancan cada uno de los pétalos de inocencia cultivados en primavera
Pero hoy mi alma está enfadada
Sigo esperando calmar esta hoguera que con mordiscos y caricias no supiste apagar aquel día
No bastaron tantos suspiros y gemidos en la cama
A fin de cuentas, la revoltura no fue ahí
Fue más adentro, en esa inconsciente parte del ser humano
Se nos olvidó que los desórdenes deben ser con las sabanas y no con la ira
Ahora no puedo salir de este abismo en el que me siento atada
Cada uno de los poros de mi piel exige de nuevo ese temblor de piernas
Esos mordiscos en los labios
Esos lamentos en el oído
Que humedecen cada insomnio y cada amanecer
No basta con borrar ese juego de placeres que construimos al principio
Debes irte, maldita sea
Lárgate lejos
De mis sueños perversos
De mis caricias mal intencionadas
Y hasta de las sensatas
Ya tus manos no me recorren
Centímetros debajo del abdomen no explota
No, no nos hacemos bien
Ya no nos hacemos trizas con lujuria.