En mitad de la vida.
De un lado a otro.
Una inmensa marea larga recoge al barco entre sus brazos.
Comienza el largo viaje, entre las compuertas del mundo.
Es una sonrisa de Dios.
Una maravilla.
Una magia recién iniciada.
El puente del mundo; el Canal de Panamá.
Se levanta como un suspiro inmenso, entre dos mundos de agua.
El Caribe, besa en su vertiente, su otro nombre que en el corazón del hombre, acabarían las guerras.
Se inician los encuentros.
Pausa obligada del largo viaje.
El encuentro por la vida.
¡Bendito Panamá!
Con su puente de agua une al mundo.
En ti florece el amor.
Le das vida a la mujer, con tus brazos cerrados de agua.
Canta en tus riberas el marinero.
El jornalero ama su sudor.
Bendito Panamá del alma; eres tierra de conquista,
en donde los ángeles, vigilan la copulación de tus riquezas.
No se pierde tu voz en el mundo.
Tu nombre lo menciona la tierra.
Eres orgullo y alegría, de aquel que en tu suelo nace.
Bendito seas Panamá;
Puente del mundo.
Un homenaje poetico al canal de Panama, denota lo maravillado que ha quedado el autor con esa maravillosa obra.