Testamento
El cuerpo cede, la gravedad prospera
y en la sempiterna sucesión de días
mi juventud se marcha y todo se termina.
Tengo que dejarte, ya es hora y es tiempo.
Siento pasos prontos, un frío de invierno.
Te dejo las cosas que más nos unieron.
Te dejo la vida que hoy estoy perdiendo.
Este es mi secreto, me estoy marchitando.
Mi piel y mis ojos hasta aquí han llegado.
Te escribo estas líneas, son mi testamento
porque he de dejarte todo lo que es nuestro.
Te dejo el rocío que cae en las rosas,
tus flores queridas, tan rojas y hermosas.
Te dejo el bostezo con que despertaba
y el beso callado con que me marchaba.
Te dejo el silencio de mis horas tristes,
y la algarabía de los días felices.
Te dejo el adobo para que cocines
los platos más ricos, que siempre me hiciste.
Las siestas tan largas que tú respetabas
pues sabes de insomnios, de noches nefastas.
Te dejo la prosa y también la poesía.
Te dejo las tardes, las noches, los días.
Te dejo mi abrazo tibio y apretado,
y mis tonterías
y mis arrebatos.
Mis tantos berrinches y mis ansiedades,
mis horas de espera, mis debilidades.
Cómprate las fresas, cuando me recuerdes
y bebe ese vino, que es de mi deleite.
Escucha la música que tanto bailaba
y sal por las noches a cazar fantasmas.
Guárdame los besos que nunca me diste
y tantos te quiero, que no me dijiste.
No me llores nunca y no te arrepientas.
Lo que nos faltó, quedará de seña
para alguna vida donde he de encontrarte.
Búscame en las calles, en los arrabales,
en las bibliotecas; leyendo poemas
en los bancos fríos de plazas desiertas.
Nada he de llevarme, todo te lo dejo.
No quiero llorar, me voy en silencio.
No vas a extrañarme, lo sé de antemano.
Eres más que fuerte y vas a evitarlo.
No quiero, mas debo emprender el vuelo.
Y este es el adiós
y mi testamento.
Hemos superado todas las barreras.
Hemos transcurrido, hemos concluido.
Te dejo los bienes que hemos compartido.
No me llevo nada, el tiempo ha vencido.
Ten, está firmado y sellado con fuego.
Léelo en silencio y respeta mi ruego.
No quiero que llores,
dime algún poema; será la manera
de empezar tu duelo.