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DEPIERTA HORA MI GUAJIRA

Delia Bolaño Ipuana

 

FLOR DE CACTUS

Te veo marchita flor de cactus,

Esperanza de un desierto paraíso hermoso.

Atraes a muchos con tu belleza, te toman, te besan,

Te hacen suya y te dejan cuando les provoca.

Los llevas al infinito placer del poder,

solo has recibido golpes, olvidos y limosnas.

La soledad es tu cruda y dura realidad,

Tu atraso las múltiples riquezas de otros,

Tu riqueza es también su grandeza.

Tu ignorancia, su mayor ventaja,

Tus minerales, su rico y nutrido alimento,

Tu desierto, su máxima atracción.

Quien te posee, te envuelve, te trama y tú, mi Guajira,

Te has dejado poseer, ya no eres de ti, eres de otros,

Tu cuerpo no te pertenece, perteneces al maldito olvido.

Tus ojos están cargados de lágrimas, no se pueden apreciar,

Tus labios ya no cantan como rojo cardenal,

Lloran en silencio su infinito dolor.

Tu vientre aún está latente, tus pechos se cargan,

Quieren reventar cual cauce embravecido,

Otros vienen y te explotan, luego te dejan,

Llevándose de tus entrañas tus riquezas.

Tus hijos sufren en silencio, esto te entristece y te devasta.,

¡Oh! Mi Guajira, despierta

Cuánto dolor e impotencia guardo contigo,

Lloro en silencio mi madre tierra,

Soy de ti, como eres de mí.

Lo que has sufrido, lo he vivido,

Lo que has llorado, lo he sentido,

Lo que estás sintiendo, me está doliendo.

La impotencia me posee,

Al saber que tu riqueza, es tu miseria,

Y la soledad es tu fracaso.

¡Oh! madre tierra, flor de cactus

Desierto encantado de ninguna primavera,

 

 

Detrás de tus muros

Carmen, maría, juliana, quien seas, valora

Lo que eres, no permitiendo

Que su brazo ya no se levante

Para abrazarte, que los use para

Golpear tu rostro cansado y frágil

 ese que cubres Con maquillaje,

para tratar de ocultar el carma

que se convierte en tu cruel rutina,

Las cicatrices de tu cuerpo femenino

Se han plasmado como tatuaje que

 Decides dejar habitar en ti,

Permitiendo que el masoquismo

Te convierta en esclava del olvido

Borrando en ti tu valor incalculable,

Elena, Isabel, quien seas,

Aunque trates de ocultar

Tu debilidad y el maltrato

Que convive contigo, aunque

Te miren y no te digan nada

Ten la plena certeza, que

De manera inmediata

 tus ojos revelan los golpes,

Las humillaciones,  la violación

Que detrás de tus muros

Tratas de ocultar,

Juana, melisa, quien seas

Es el tiempo de ser valiente

De permitir una

Introspección de tu ser

¿Por qué permites que te deshojen

 Las manos del imbécil e incapaz de amarse así

mismo? libera tu ser, tu cuerpo

De los lasos del cobarde

Machista, que existe para

Seguir reafirmando aquello

Que lo escritura como

Un simple infeliz,

No permitas ser

El objeto para satisfacer

Su vacío y su tristeza

Patricia, Claudia quien seas

Encuentra la puerta que

Te llevé a la libertad, a romper la

Cadena que tu misma has atado

En ti, encuentra la llave

Que escondes detrás de tus muros.

 

 

Un final de madre

Sus ojos se apagaron, el dolor se acabó

Luego de un llanto que nadie escuchó,

Ellos enterraron su inocencia, su

Debilidad en su corazón indolente,

 bajo su fragilidad, no entendía porque

Ella, quien le dio vida, permitía que

Tras duros sometimientos alguien más

Le apagará la ilusión con la que un día

Llego sin saber su cruel destino.

Fueron cortos su años, aunque al lado de

Su madre lograba apaciguar cualquier

Situación negativa, pero ese día, no pensó

Que ella tuviese el valor de permitir, que su luz

Se apagase a la llegada de un extraño, al que amo

Más que a el, aunque con sus ojos, su llanto en ese

Momento que nadie vio, que nadie escuchó y que nadie sintió,

 le suplico a ella, solo a ella, a su madre que

No lo dejara solo, que no lo abandonará, pero no hizo nada,

Fue más grandes su instinto sexual, que su instinto

De madre, cuando ya no sintió nada, cuando finalmente

Todo acabó, solo ahí en ese momento, el mundo pudo

Verlo, escucharlo, pudo llorar con el,

 deseando defenderlo de aquello

Que ya había pasado,

pero ¿ya para que, ya para que??

Aún así cuando todo acabó

el durmió pensando solo en ella,

La inocencia de un niño

y su amor a esa, no tiene límites.

Como no tiene límites la maldad

Que atenta contra ellos.

 

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4 comentarios en «Despierta ahora mi Guajira»

  1. Delia, admiro en ti el orgullo que tienes de tu cultura y la consciencia de tu Guajira. Mejor dicho no podría decirse. Dicientes tus poesías, pero ninguna como Flor de Cactus. Felicitaciones! Espero conocerte.

  2. Flor de cactus es una viva postal, una mirada profunda y franca a la Guajira que Colombia ha mirado por encima del hombro, los extranjeros con avaricia y los gobiernos con irresponsable desdén, rayando en el abandono y la desidia.
    Julio C. Garzón

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