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LA MUJER DE BLANCO

Marianné Rivera

Los días parecían no tener fin, eran largos y pesados, y su energía quedaba agotada. Tal vez era el trabajo o el hecho de pensar sobre el suceso que le aquejaba. Era viernes por la tarde, estaba convencida que no encontraría la solución al conflicto, así que, lo mejor que podía hacer era salir y asistir al evento al que su mejor amiga, Clara, le había invitado.

─Ha sido tan insistente que sería una grosería no llegar —pensó.     

Decidida, Abril regresó a casa, dedicó el tiempo suficiente para maquillarse y escoger la combinación en su ropa, y así crear una nueva imagen de ella. Al salir, la gente la veía admirada por su belleza y atuendo. Esta vez eligió usar un top blanco aperlado de tirantes, con elegantes y delicadas cintillas que destacaban su pecho y dejaban ver, discretamente, una parte de sus hermosos atributos. El pantalón blanco, enmarcaba la redondez de sus caderas y le daba un toque de exquisita sensualidad, que junto con las sandalias doradas y el bolso en toques dorados y destellos plateados completaban el outfit perfecto para la ocasión. Al llegar al lugar donde se llevaría a cabo el evento, Clara queda sorprendida por la imagen de su amiga y su jovial actitud que en ese momento percibía.

Muy emocionada le da la bienvenida, haciéndola pasar al interior de la hermosa y acogedora casa de grandes ventanales, preciosos jardines y pisos de madera.

La abrazó y dirigiéndose a los asistentes gritó con estrepitoso júbilo:

─ ¡Por fin estamos juntos otra vez!

Abril quedó gratamente sorprendida. Sus amigos de la preparatoria, aquellos locos con los que había compartido desenfrenadas y divertidas aventuras estaban ahí. Todos la rodearon y juntos empezaron a brincar y a cantar aquellas canciones que, en su momento estaban de moda y ahora las llamaban viejitas, pero bonitas. Las estruendosas risas envolvían el ambiente y ella podía sentir, al fin, un momento de alegría.

Horas más tarde, el aire helado hace su aparición, la temperatura baja de golpe, los truenos iluminan el cielo y los ventanales permiten observar el espectáculo de rayos luminosos y gotas danzantes que la naturaleza les ofrece. Clara se apresura a encender la chimenea que proporciona un cálido y romántico abrazo.

La chica de blanco se acerca al calor y por un instante, su mirada se pierde en las candentes brasas que atizan la chimenea. Al ver el maravilloso tango que las llamas ejecutan en la leña, recuerda los bellos momentos vividos y tan añorados. La sonrisa desaparece, y la melancolía rápidamente se apodera de ella. Entre los recuerdos se cuelan unos que la asaltan sin control y nuevamente la atormentan. El vacío y tristeza la secuestran, devastando el naciente deseo de emerger.

Intenta alejarse y se refugia en el ventanal que le mostraba la magnificencia sin sentido de lo desconocido, y el miedo que este le propicia. Tenía una rara sensación que intenta descifrar y por un momento, la aleja de su realidad. De pronto una dulce voz la saca de sus absortos pensamientos.

─Hola, ¿cómo estás?

Era Soledad, quien la saludaba amablemente. Abril, inquieta, intenta alejarse con la firme intención de desaparecer y esconder la inmensa soledad que en ese momento percibe.

─Disculpa, necesito salir de aquí, le dijo.

Ella intenta irse, pero las palabras de Soledad la hacen regresar.

─Aunque intentes escapar del pasado no podrás, este es parte de tu historia y el bagaje del cual debes aprender.

─ ¿Qué dices? – Le pregunta ella

─Te sientes sola a pesar de estar acompañada, ¿no es cierto?

Ella la mira, la toma de las manos y le pregunta:

─ ¿Por qué tengo esta horrible sensación?

Soledad aprieta las manos de la joven y le dice:

─En este momento estas rodeada de personas que te aman, así que no es porque los demás se hayan ido, es simplemente que tú te has abandonado.

Soledad mira los hermosos ojos negros de Abril, en ellos puede notar el alma rota por una traición, jamás esperada. Las lágrimas de dolor abandonan su mirada sombría y su voz entrecortada intenta explicar lo sucedido.

Soledad la interrumpe, levanta el mentón de la joven, con su mano fría, limpia las lágrimas y al tiempo le dice:

─Lo amaste más que a ti misma, dejaste en sus manos, tus sueños y esperanzas. Él era tu vida, y la tuya quedó olvidada. Es así como inicia tu calvario.

Ella la mira y con la cabeza asiente. Soledad comprende perfectamente la situación por la que pasa la joven, y con suaves pero firmes palabras, le dice:

─Hasta hoy has permitido que el pasado, las emociones negativas y aquellos terribles instantes te arrastren y sometan a su voluntad. Llegó el momento de analizar tu vida, desnudar tu alma y quedar expuesta ante este sentimiento que te provoca tanto temor. La intensa soledad que en este momento percibes, te ayudará a comprender que el mundo es más grande que los problemas que te aquejan. También te mostrará que está habitado por gente maravillosa que te brinda la oportunidad de mirar nuevos horizontes y vivir otras experiencias. Debes aprender la lección, dejar ir el pasado y permitir que nuevas ilusiones aparezcan. Date la oportunidad de experimentar otras sensaciones que invadan tu alma, tu cuerpo y tu mente. Si lo intentas, otra puerta se abrirá para ti y un nuevo suceso te devolverá la sonrisa que has perdido. Debes retomar los asuntos que dejaste pendientes por alguien más, de convivir en soledad y reencontrarte, conocerte, amarte, aceptarte y disfrutar de tu belleza. Lo que necesitas nunca lo encontrarás en el exterior. La búsqueda culminará en el encuentro contigo misma.

Soledad la abraza cálidamente y con un beso en la mejilla se despide, perdiéndose entre la gente.

La chica queda anonadada. En su rostro muestra el increíble asombro que estas palabras le provocan y se pregunta:

─ ¿Cómo es posible que Soledad sepa tanto de mi vida?

Clara nota el raro comportamiento de su amiga, se acerca y le dice:

─Vamos Abril, no tienes porqué aislarte, esta reunión la organicé especialmente para ti.

Abril, aún sorprendida, le pregunta a su amiga por Soledad. Clara le dice:

─ Amiga, ¿estás bien? has estado sola mirando a través del ventanal…

Ella queda sorprendida, no comprende lo que pasa. Clara la abraza con cariño y le dice:

─Ven, vamos a la chimenea, estás muy fría, te traeré un capuchino caliente y me platicas qué fue lo que sucedió.

Abril camina con su amiga para dirigirse al fuego, cuando de pronto siente una mirada, al voltear hacia el ventanal, percibe a Soledad quien lleva puesto el mismo atuendo que ella, además mira esos hermosos ojos negros que le son tan familiares. Es entonces que comprende lo sucedido. Sus inquietudes ahora tienen respuesta. La charla tan emotiva que tuvo con Soledad fue solo una plática con ella misma. Una sonrisa se refleja en su adorable rostro y en ese momento le invade una agradable sensación de paz. La determinación de cambiar se hizo más que evidente, ahora se podía percibir en su mirada. Al comprender el mensaje, Abril toma la mano de su amiga y le dice:

─Clara, llegó el momento de poner mi vida en orden.

Su amiga la mira asombrada, la abraza fuertemente y en voz baja, le dice:

─ ¡Por fin!

Clara se mantuvo firme y ayudó a su mejor amiga a salir adelante. La chica de blanco volvió a sentir la alegría y emprendió nuevos proyectos que la hicieron sentirse orgullosa y muy feliz.

La hermosa relación entre Abril y Clara traspasaron los límites de la amistad y con el paso del tiempo se transformó en una increíble hermandad que ha durado toda la vida.

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7 comentarios en «La mujer de blanco»

    1. Hola mi querida Alicia del Carmen!! Totalmente de acuerdo. Y si quieres encontrar a una mejor amiga solo tienes que buscar dentro de tí!! Muchas gracias por tu comentario, te mando un mega abrazo con mucho cariño!! ???

  1. Hermoso Marianné, una historia que nos muestra que es necesario comunicarse con uno mismo para mirar en el interior lo que debemos cambiar en el exterior para ser mejores y a la vez nos muestra que siempre habrá personas a nuestro alrededor apoyándonos

  2. Marianné, es necesario estar en contacto con nosotros mismos y hacer caso a lo que nos dice la conciencia, el alma o el ángel de la guarda; no importa en lo que creas que es, de cualquier manera siempre serán buenos consejeros. ¡Felicitaciones!

    1. Así es mi querida Yede!! Solemos buscar respuesta afuera cuando las respuestas están dentro de nosotros!! Muchas gracias por tomarte el tiempo para comentar sobre está historia!! Te mando un mega abrazo con mucho cariño!! ???

Responder a Alicia del. Carmen López guGuerre.Cancelar respuesta