Soledad
Los suicidas no dejaron entre letras sus trémulos suspiros,
La cerveza no embriagó a nadie aquella noche,
El alma no vibró en el vacío del cuerpo.
La vida partió en el último autobús,
Su silbato no fue escuchado,
Solo sus ruedas marcaron el barro.
La belleza y la juventud abandonaron todos los rincones,
Se quebraron los espejos, no había quien se mirara en ellos.
El rumbo del autobús no se conoció jamás,
Ninguna necrópolis conservó el cadáver de lo que fue mi vida.
El silbido del viento resonó en vano,
Las expresiones eran de mimos frustrados,
Los gestos eran inentendibles y los ojos estaban ciegos,
Sin vendas de seda.
El autobús regresó solo, y mudo,
La primavera no fue en honor a su llegada,
flores desprendidas de las ramas,
Adornaron la coraza de ese autobús sin conductor.
Eres un poema t usted escritos lo dejan ver.a
Me produce mucho orgullo leerte, ver la madurez que poco a poco van teniendo tus versos. Yenilin, la niña que halló en la poesía la voz del alma.
YENNILYN LARA Te felicito por tu poesía que al leerla se siente inmerso en una atmósfera muy especial llena de matices que hacen vibrar con la musicalidad y ritmo que transmite. Un fuerte abrazo.