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CONDENA PERPETUA

Yaneth Alvarez Montiel

 

ROJO

Huye al rojo de mis labios

al carmín de mi sonrisa

a la forma como endulzo los besos

como fresas maduras.

Al rojo de los ríos interiores de mi sangre,

la misma que canta tonadas excitantes

cuando tú te acercas.

                                   Rojo escrito hace más de cinco mil años

en papiros, catacumbas de Egipto y

en los besos de Afrodita.

Rojo de mi rostro que se enciende

como pan tostado de cálidos rubores

a tu tacto y tu perfume.

Rojo de pétalos de rosas, de mis labios de seda

que se beben tu vida, tus fantasías,

tu presente y tu pasado.

 

 

SIEMPRE MUJER

Siempre habrá una mujer

que ilumine el horizonte

en donde el sol deshile sus encajes

mujer de luz, mujer del alba,

mujer de esencia, mujer total

con poderosa savia de absoluto.

 

Mujer de rezo

donde las oraciones se han escrito

mujer de cielo, granizo y fuego

con su propio perfume contenido

 

Mujer de hoguera

raíz de la presente y futura

llama sagrada.

 

Mujer de versos

heredera de la poesía

mujer que con su canto

dignifica el llanto de su rebeldía

Siempre habrá una mujer…

 

 

LA NEGRA QUE SOY

La negra que llevo dentro es la que mueve mis caderas,

que se retuercen cuando escucho

el sonido retumbante de un tambor.

 

La negra que llevo dentro sacude mi columna vertebral,

en un ritmo ininterrumpido que se oye

como una culebra cascabel zarandeando sus anillos.

 

La negra que llevo dentro se mueve como gelatina fría,

se derrite al compás de los movimientos circulares

que van desde mis pies, recorriendo mi cintura, hombros y cabeza,

movida por la pasión y la alegría, sin intención provocativa.

 

 

QUIERO

Quiero atarte con mi collar de besos

y mirar arreboles de luz en tu rostro

cuando muerdo tus labios

tal como si mordiera

la pulpa jugosa y fresca de un fruto

en la fatiga del verano.

 

Quiero colgar tu voz en mis aretes

para escuchar caracolas de música y de seda

envolverte en mi melena y adherirme

como una liana

que para florecer en el árbol se pega.

Y es que tú no imaginas todo lo que quiero…

 

 

CONDENA PERPETUA

Te condeno a amarme

porque en tu piel he sembrado

orquídeas de ternura

porque en cada una de tus palabras

hay una sílaba que me pertenece

 

Te condeno a amarme

no ahora y en este sitio solamente

no en este segundo

que se deshoja del árbol del tiempo.

 

Te condeno a amarme

en la soledad y el silencio

sentirás mi boca en las escamas de los peces

te hundirás en mis recuerdos

pronunciarás mi nombre y repasarás mis versos.

                                                                                      

Te condeno a amarme

segundos, minutos, horas, días, noches, años,

siempre, siempre, siempre.

 

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10 comentarios en «Condena perpetua»

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