QUIMERA
Jesús "Chucho" Peña
Sombra
La guerra estampilla las sombras
del horizonte lúgubre de las trincheras
huerto de guerra que cortan las flores
y desparraman manantiales de pólvora
Lenguaje sin palabras
que abrasa el rencor y el dolor
muerde como un guijarro afilado
la vida que apenas comienza
La guerra deja un tatuaje indeleble
en el cuerpo desnudo de los pueblos
divagan como sombras trastornadas
disipadas y sin esperanzas
soslayada en campos santos.
Mujer
Fundida en el cristal andino
maíz azteca y canción maya
que cantan con los dioses
a través de la brisa de los incas
que sustenta el cóndor
Mujer
llantos de Dios en los ojos del hombre
suspiros del corazón de la Pachamama
que preña todos los días amor y ternura
donde se amamantan los nuevos mortales
Mujer
que llora el éxodo de sus hijos
cada vez que germinan ideas rebeldes
en los retoños de tu corazón
que buscan libertad.
Avidez
Habita la oscuridad de la guerra
en majaderas palabras que armonizan
y se zarandea en todos los ritmos
En los forasteros ejidos de batalla
se atesora la desgracia ávida
de pueblos que caminan descalzos
con una corriente andina
La guerra tortura la libertad de los hombres
eclipsa los sueños del águila y el cóndor
que fueron encausados a vivir
clandestinos en su propio collado.
Los Pacificadores
Es tiempo de limar el ruido
de empinar la palabra
de dibujar con el verbo
paisajes de esperanza
Pero hay generales y coroneles
que se embrujan con el ruido
que conquistan y venden fusiles
que calcinan la palabra
que se engordan con el fruto
de la sangre, de la guerra
Es hora de blasfemar las diferencias
que el verbo inspire la boca del pueblo
que desvista la miseria de los humildes
que la guerra dejó morir de hambre
Es hora de partir la lengua de la guerra
de zanjar las leyes clandestinas de la muerte
de dejar de dormir con los ojos abiertos
es hora de que todos hablemos.
Quimera
Enjaularon la guerra en el corazón de la muerte
en el látigo cansado de Dios se sienta la injusticia
exhibiendo su cuerpo como una ramera encandilada
impasible y muda, convidándose al mejor postor
La guerra abortó manojos de odios
dispersó enjambres de quimeras
en ahogadas mentes humanas
que no saben cuándo ni dónde
dejaron de ser los que fueron
para ser mercenarios a crédito
La guerra fecundó nuevos hijos
espantados con nuevos miedos
incrustados en el alma
que se tupe antes de matar.







(Pasto, Colombia). Poeta, narrador y dramaturgo. Licenciado en Arte Dramático Univalle. Ha escrito: Borrascas, Almas de Papel, Llanto de Invierno, Mariposas Andinas, Sueños Dormidos, El Pintor Final, entre otros.