
(Canalete, Córdoba, Colombia. 1998). Psicóloga. Lectora empedernida y escritora aficionada de poesía y, ocasionalmente, cuentos y relatos cortos. Miembro de los colectivos: Taller Literario David Sánchez Juliao y Taller Literario Chindau.
(Canalete, Córdoba, Colombia. 1998). Psicóloga. Lectora empedernida y escritora aficionada de poesía y, ocasionalmente, cuentos y relatos cortos. Miembro de los colectivos: Taller Literario David Sánchez Juliao y Taller Literario Chindau.
Dilizabeth, ambos poemas transmiten dolor. El dolor de la pérdida me imagino de una madre y el dolor de uno mismo tan solo por existir y sentirse atrapado en el cuerpo.
Los sustantivos que has elegidos para describir este sentimiento de desamparo en el primer poema resaltan el dolor (ausencia, recuerdo, vacío, pecho) detallando exactamente lo que más solemos echar de menos de aquellos que parten para el más allá (voz, ojos, sonrisa, manos, abrazo (y sí hasta poder pronunciar o evocarlos por su nombre también).
El segundo poema me ha gustado muchísimo, desde luego el cuerpo esconde todo un universo de sentimientos y emociones tan inmensos que no entendemos cómo pueden caber dentro junto a sentimientos tan equívocos como el de la insignificancia.
El final es muy poético aunque te deja con la tristeza calada en el cuerpo de no hallar la llave, esta llave que definitivamente no dejamos de buscar en toda nuestra vida.
Me gusta la sencillez con la que desarrollas y expones los poemas, como si fueran pensamientos atrapados al vuelo.
Un saludo cordial