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MUÑECAS

Blanca Salcedo

COTIDIANO

Acostarse con la muerte en el estómago se ha vuelto un ejercicio cotidiano, Escucha cómo restalla un látigo y el galope frenético de su sangre le hace abrir los ojos, respirar con ansia, descartando el descanso.

Ansiosa, se encoge en la cama, arropa los recuerdos… espera… nunca sabe quién vendrá, si la muerte o el sueño.

TRASLADO

Juan acomoda cuidadosamente la carga, necesita aprovechar todo el espacio del carro. Nochero, su viejo caballo, está inquieto, avanza y retrocede, dificultando su minuciosa tarea. Todas las noches recorre la ciudad, solitaria y peligrosa, levanta cajas, cartones y negras bolsas prometedoras de tesoros desechados. Buen dinero. Sobrevivencia en esa ciudad caníbal.

 

 

 Y una felicidad precaria, pero suficiente: Rosa. La mujer que lo espera con el desayuno caliente para paliar la larga noche. Pobre pero feliz… Feliz hasta que el Cuervo, su socio, le vino con la historia y él cerró los ojos imaginando a Rosa con otros hombres, aprovechando sus ausencias de lunas, usando su pobre casa de prostíbulo. Y fue cuando todo se volvió más noche.

El caballo está cada vez más inquieto… quizás siente el olor de la sangre, la de ella, bajo los cartones tan cuidadosamente acomodados.

VIAJE

Trato de leer y las letras se vuelven borrosas, se juntan y apartan para formar palabras que no existen.

Me acomodo en el banco duro e insisto. Leer. Leer lo que me cuenta el pequeño libro que descansaba en mi bolsillo cuando salí casi inconsciente de la casa. Leer… Pero no hay caso, mis pensamientos se deslizan sobre la página y forman palabras nuevas, dejándome desnuda ante mí misma.

Necesito un pañuelo, esta niebla que obnubila el papel son mis lágrimas. Y no quiero llorar. Ya he llorado demasiado en estos años. Me quedaré aquí, seca, hasta que escuche el llamado y partiré sin rencores…

Pero el dolor… el dolor no puedo dejarlo, está aquí dentro… me devora las entrañas sin piedad. Un dolor silencioso y oculto que nadie verá porque no lloro.

Los recuerdos me doblan la espalda y me vuelvo vieja, muy vieja, como una leyenda que ha recorrido todas las bocas y se ha tornado gris y nauseabunda. Doy vuelta la página y trato de dejar, en las anteriores, mi historia chiquita y negra. Aprieto ese lado del libro con fuerza, pero vuelve. Entre los trazos negros de imprenta se cuela la mirada de mi hijo. Envenenada. Una mirada sin parpados que me dice que me vaya, que ya no me soporta. Y no puedo resistir la visión de mí misma, doblada como el que recibe un puñetazo en el estomago, retrocediendo… saliendo de la casa que era mía hasta que él decidió poseerla.  Nada me llevo. No quiero nada si lo que tengo que cargar es en pago del amor que creí parir.

Pongo el libro en el bolsillo y me recuesto. Me duele el pecho. Voy consumiendo los minutos mientras la puntada sube y me deposita detrás de la realidad. Creo que no tomaré el tren. Iré más lejos. Mejor… no necesito nada para ese viaje.

MUÑECAS

La muchacha que vendía muñecas, lloraba. Arrodillada tras el mostrador, apretaba el rostro mojado contra los lujosos vestidos de las pequeñas muñecas sin percatarse que la falsa pedrería se iba despegando de las telas que simulaban fina seda. Una piedra por cada lágrima.

Mordiéndose los labios tenía la impresión que las pretendidas princesas extendían las manitos para consolarla. Pero no. Su llanto, silencioso y doliente, no iba a producir milagro alguno.

Unos pasos se detuvieron del otro lado del mostrador. Rogó que siguieran, pero un resonar de pequeños golpes anunció una clienta apurada. Respiró hondo, secó los ojos y forzó una sonrisa amable. Mientras la muchacha se ocupaba de complacer a una exigente mujer de voz ronca y actitudes de realeza frustrada, el alma de las pequeñas muñecas se retorcía como humo leve, recordando al cielo que los amores muertos no son importantes ni para los espíritus.

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13 comentarios en «Muñecas»

  1. Blanca, qué cuentos cortos más desgarradores!! Los títulos son tan definitorios y a la vez crean un ramo de sensaciones y emociones que acabas potenciando con una fuerza brutal!

    Me encantan todos ellos! Te despellejan!

    El comienzo y el final de “Cotidiano” son brutales! Sientes en las entrañas el dolor de la cotidianeidad que nos va matando a tajadas, ya no lentamente sino a pasos agigantados.

    En “Traslado” tienes imágenes realmente impactantes también, como “ciudad caníbal”, “ausencia de lunas” “todo se volvió más noche” “bajo los cartones acomodados” (esta última imagen te destroza ya por completo porque deja al descubierto la extrema pobreza a la que se ven expuestos) Me encanta el nombre de ella, Rosa, la flor deseada y olida por todos que pasan a su lado, aunque a cambio de un precio, claro. Uno siento pena pero a la vez es incapaz de juzgar a la Rosa por tal decisión dada su condición económica de vida. El Cuervo como anunciador de las malas noticias es un guiño a Poe que me encanta.

    En “Viaje”, el alma se te parte de nuevo. Viendo la madre abandonando el hogar, pero cuyo dolor no procede de dejar la casa en sí, sino de despedirse de un amor que lo era todo para ella. El amor con que se quiere a los que salen de nuestras entrañas es incomparable a nada y dejas muy claro el resultado final para una despedida de tal cualidad…Me has llenado de lágrimas los ojos ante el viaje que le toca emprender y depositar “detrás de la realidad”. Es la peor pesadilla para una madre, sin duda alguna, no el viaje en sí, sino la razón detrás del mismo. Una vida cual un libro pequeño e insignificante que cabe en un bolsillo cualquiera y cuyas palabras son escurridizas porque pierden todo valor…

    “Muñecas”, es otra alhaja. La realidad engañosa donde nada es lo que parece, nada es real excepto el dolor y el llanto. Un dolor al que los vivos de “realeza frustrada” , “voz ronca “ y “actitud exigente” nos volvemos indiferentes, siendo los objetos que nos rodean los únicos testigos y consuelo para un dolor del alma incomparable a nada cuando sabe a muerte.

    Historias preciosas, trascendentes, reales descritas con mucha agudeza y sensibilidad.

    Gracias por compartirlas!

  2. impecable narrativa y muy elocuentes palabras. Qué llegan acariciando el alma. Se llenan de sentimiento, y al deslizar la mirada, palabra por palabra, enriquece los sentidos y se profundizan hasta el fondo mismo de cada encuentro, de cada situación expuesta dentro del contexto que muerde la distancia, la hace más veraz y sostiene los muros que habitan dentro del silencio. Felicitaciones Poeta Blanca Salcedo.

  3. Mi agradecimiento a PAEL y LÁPIZ por la deferencia de publicar mis textos, en particular al Dr. Aarón Parodi. Y a todos los lectores que han dejado comentarios, muchas gracias!

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