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EN LA CIUDAD MUERTA

Isilda Nunes

 

¡Madre, no quiero nacer!

¡Madre, no quiero nacer!
Sabes madre, tengo la piel tatuada con tu angustia,
mi cuerpo está cincelado por el dolor que te azota
y mi alma golpeada por las tormentas que te
impusieron.
Sabes madre, me bebí todas las lágrimas que no
brotaron de tus ojos
tus sollozos,
tu llanto,
tu clamor,
tu miedo,
y tu hambre de amor.
Me escondí en tus entrañas cuando esas grandes manos
violaron tu integridad.
Madre, te han humillado. ¡Me han humillado!
Madre tengo miedo de vivir en tu mundo,
madre, no quiero nacer.
Sabes mamá, yo soy una niña.

 

 

¡Urge renacer el Hombre Nuevo!

¡Urge renacer el Hombre Nuevo!
A la luz de la alienación generalizada,
Gaia agoniza en la cruel pasividad de la ceguera consentida.
¿Dónde se cierne el abrazo? ¿Dónde reside la humanidad?

Los sueños verdes son abortados
en las pasarelas rubras del poder,
se defecan desechos en las aguas sagradas del Ganges,
los chicos juegan al tiro en las favelas de Brasil,
el espectro del hambre asesina la Etiopía,
la violencia se desplaza en Afganistán.
¡Y Gaia, la Madre Tierra, está muriendo en nosotros!

En la elocuente oratoria de la diplomacia anunciada,
Afrodita se pavonea en imponentes salones,
Zeus siembra regalos a cambio de laureles y fama,
pseudodioses vagan en lujosos yates,
mientras que Hades impertérrito esboza el siguiente golpe.
Y Gaia, la Madre-Tierra, agoniza en nosotros.

Y en el camino expugnable de corrupción camuflada,
un hilo de voz, un susurro en las venas del Hombre Nuevo, apela
al amanecer.
¿Dónde se cierne el abrazo? ¿dónde reside la humanidad?

 

 

En la ciudad muerta

En la ciudad muerta,
a la cruz de la indiferencia,
desaguan sueños
en crematorios líquidos.
La locura decretada pasea
deseos naufragados,
en pasadizos comunes.
En la ciudad muerta,
el hambre a la sed invade hospicios,
fantasmas juegan a los niños
y los viejos tragan infancias.
Emigraron los abrazos.
Ya no hay puentes para cruzar la noche.
Hay ventas en este río,
dolor en este navío.
Caronte fuma un cigarrillo en la zanja principal.
Simplemente apagón.
Simplemente silencio.
Solo sepulcro
en la ciudad muerta.
¿Y yo?,
¿y tú?,
¿y nosotros?

 

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1 comentario en «En la ciudad muerta»

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