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EL VINO BENDITO

Arjan Kallco

 

La señora mayor

Te veo tan pronto como amanece
porque el llamado a la supervivencia
insta
llevar el carrito de la mano
y marcharse por el camino.
La acera te da la bienvenida
cotidiana.
El día empieza triste para mí
cuando te paso delante y
la vergüenza hace sonrojar también
la naturaleza a tu alrededor.
La vida se ha vuelto desvergonzada
a pesar de tu edad,
no te concede un momento de paz.
Me pregunto: tus benditos hijos
¿dónde están?
Tal vez estén acurrucándose en la cama
entre las llamas frías de estas mañanas
de invierno, mientras tú
vas ganando el dinero para seguir viviendo.
Eres la madre golondrina
que mima la existencia.

 

 

Eres la primavera misma

Incluso entre imágenes
oscuras por la lluvia que cae
como una brisa en el bulevar
no abandonaste el mar por un momento.
Tu casita donde te escondes
de las miradas curiosas de la gente
enamorada de las bellezas celestiales,
se sumerge locamente en los sueños
eternos.
Como el sol de la mañana azulada
fuiste tú quien encendió los rayos,
a pesar del fondo de las nubes,
las amenazas no son
que señales triviales y primitivas hacia la envidia.
Tus ojos como destellos infieles
surcados entre nubes grises cargadas
surgen de repente del infierno de Dante
por choques invisibles y miles de ojos ciegos.
Gracia eterna – tu rostro juvenil.
Ríete mejor de lo que hace la naturaleza misma, y
no necesites actualizarte el rimmel
de desvergonzados cuidados innecesarios anunciados en
las pantallas
de los lujosos salones de diseñadores famosos, porque
Eres – tú la estación más hermosa del año.
Tú – tú eres la primavera misma.

 

 

El vino bendito
(A mi tío)


Tráedme una copa de vino
amigos,
a los pliegues de la tristeza ahora quisiera
dar rienda suelta
El líquido rojo puede fluir a través de las venas
y luego el día, si quiere, también puede oscurecerse.
Una segunda copa, amigos,
queremos vaciarla hasta la última gota,
detrás de un brindis por vuestra salud
y luego vamos a vernos siempre
que el amor eche fuera las maldiciones.
Quisiera el bendito trago
de eternidad en eternidad.
No le demos una gota al infierno
el que no se detiene por celos
el pecador nos espera tranquilo,
si quieres puedes gritar, gritar fuerte
entonces ora a tu dios Sol.
Bebe y no te ahorres,
derrama el elixir profano en los ríos!
La vida es un momento irrepetible
y mientras haya aliento
bebe mucho para vivir,
y nunca, nunca olvidar.

 

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