En medio de la nada
Estoy desesperada, en nada encuentro consuelo.
Ya no me importa la vida, apenas concilio el sueño.
Llevo horas de vigilia, me matan los pensamientos.
De a poco se va borrando, todo lo que me importaba:
libros, música, sombreros, comida, lunas, inviernos.
Se va quedando vacía, la habitación donde duermo.
Ya no existe el comedor, cocina ni invernadero
La lámpara que iluminaba mis noches y mis encierros
se la trago la penumbra o la devoró el silencio.
No distingo los colores, mi vida está en blanco y negro.
Tampoco ha salido el sol en este mundo siniestro.
Se me olvidaron las letras, las rimas y los sonetos,
los números, y las tablas, no pongo comas ni acentos.
Nadie vino a visitarme, ya se ha borrado el sendero
y la nada va comiendo mi voz y mi entendimiento.
No sé en qué día vivo, ni la hora que está transcurriendo.
Me he olvidado de mi edad, de nombre y de mi sexo.
No sé si he sido animal, persona u hoja al viento.
En medio estoy de la nada, ni ayuda pido ni quiero.
Sé que estoy viva, eso sé
en este mar de silencio.
Estoy esperando, eso sé;
pero, ¿qué?
No lo recuerdo…
«En medio de la nada», la nada más allá del mundo físico y tangible, la nada más aterradora que pueda haber…la nada del espíritu abatido ya cansado de tantas derrotas llevadas en soledad y en silencio. Este silencio que es todavía físico en tu primer poema y que es único acompañante y amigo en el duro proceso de «velar una por una las ilusiones» cuya muerte es tangible en la carta premortem que es tan solo un atrapavida para extinguirla del todo sin misericordia.
«Y respiras hondo/Y sacas fuerzas para blandir el metal/que brilla en la oscuridad de tus fracasos» ( me desgarra este verso por su significado, por su imagen y comparación tan poderosas)
Y sin embargo, la muerte perdona…me has emocionado y mucho con el final de tu primer poema.
El segundo poema ahonda aún más en la nada, pero un nada impuesto, inmerecido y brutal… No he visto otro poema que haga estremecer y sentir con tal potencia el alcance y evolución de una de las peores enfermedades para el ser humano. El Alzheimer.
«No sé si he sido animal, persona u hoja al viento.»
«Estoy esperando, eso sé;
pero, ¿qué?
No lo recuerdo…»
Gracias por atreverte a darle voz, forma y cara a la nada que combate para ganar terreno y dejarnos en medio de un nada que no solo se siente sino se respira y acuchilla a golpe de respiro.
Mi querida amiga Anushka, una vez más tus letras me han movido el alma. Gracias por compartir tus dones literarios con el mundo. Un abrazo fuerte para ti desde México.