
Poeta, contadora de historias, gestora cultural, presidente de la Red de mujeres artistas de Medellín, presentadora del programa Alma de artista. Ha publicado libros de poesía: Silencio del Mandala, Ecos de Marimba, Umbral del Ángel, Flor de Ariza (ganador de estímulos 2016 de la Alcaldía de Medellín), Titania (Premio Nacional de Poesía otorgado por el Museo Rayo, 2019). Coautora de los libros de cuento: Cuando el río suena, la palabra se baña en el río, Flores en la pared, editados por la Fundación Arte y Ciencia. Recibió la Orden al Mérito don Juan del Corral otorgada por el Concejo de Medellín (2014). Condecorada por la Editorial Botella al Mar por su calidad poética (Uruguay, 2012). Recibió el Premio de Poesía por su obra Nada por olvidar, otorgado por la Revista Guka (Argentina 2019). Recibió la Pluma de Oro del Parlamento Internacional de Escritores (Cartagena de Indias, 2020).
Exquisita poesia 😍
Ángela, nombre meritorio te pusieron tus padres!
Te leo y me asombra hondamente tu escritura, su mensaje, tu estilo, la intensidad de tus versos y la belleza estilística! No podría estar más de acuerdo con Patricia Oropeza al calificar tu poesía de exquisita!
«Sonido de palabras», no describes una gestación ni siquiera nacimiento sino la idiosincrasia eón, la pluralidad de lo que son las palabras, seres vivos que «Nos miran de frente en el poema que desnuda la tarde.» Palabras formadas por células de propia vida, vocales que nos cantan el ritmo y consonantes que «se abren como flores,/brillan en la idea,/se vuelven figuras/de tinta negra/ entre los dedos.» (sigo maravillada con este poema y sus versos que ya he releído varias veces). Palabras formadas en el maridaje entre vocales y consonantes capaces de crear ritmos, sonidos, rumores tan efímeros «que nadie escucha/ hasta que brota,/se alza/y evapora/en su propio afán» y a la vez inmortales porque «empujan su gloria.»
«Papiros y cálamos» si ya me dejaste fascinada con el primer poema, con este, una historia sobre la gestación de la escritura revelada en un conjuro que invoca la luz, un conjuro mágico e hipnótico por la belleza pero también certeza y conocimientos que traslucen tus versos, ni te cuento, no me atrevo siquiera a usar las palabras ante tu escritura.
«Convoco sobre los viejos astros/el asimétrico orden/de la sabiduría/contenida en el centro de los libros,/en la hondura de las estrellas,/en la jornada de los grillos.» qué forma más escueta y más certera de transmitir ideas tan infinitamente bellas y profundas!! Y de la cuna intangible, primaria, eterna, nos llevas a la cuna física sempiterna, la Biblioteca de Alejandría, al papiro y al cálamo para aseverar que ésta, la escritura, la poesía es «el vaso de ofrenda de las musas». Las musas que por efímeras que sean, llenan de belleza la circunferencia entera de la Tierra.
«Plegaria a la diosa del verbo», otro poema más extraordinariamente hermoso!! Aunque he de disentir contigo, llevas la diosa del verbo en cada verso que escribes, no te ha privado en nada. Nos has dejado la oración con que la hemos de invocar los que sí somos un «eco primitivo del sonido», que seguimos siendo un punto pero soñamos ser leídos como un «sustantivo» (es de las más bellas y poderosas metáforas que he leído en mi vida, ser un sustantivo poético, un ente real, independiente, único y esencial…una quimera cuando se sigue siendo un punto, una señal visible solo en su superficie y que destaca por su nimiedad).
«Líbrame/de la soledad/de no saber deletrear/el símbolo/y sus alfas.» Ojalá nos libre a todos de tal oscuridad y nos circunde «de palabras bonitas/ en el brillo del silencio.» en mismo silencio en que podamos comulgar con la copa de las musas.
¡Mi más sincera admiración, Ángela!
Excelentes versos, poeta Ángela. Me agrada leer sus poesias. Desde Argentina, un abrazo