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DÉJAME QUE TE RECUERDE

Ignacio Gutiérrez Aragón

 

Si alguna vez

Si alguna vez
quisieras alejarte de mí,
tal vez se iría tu cuerpo.
porque tu alma estaría en mi corazón
arrullada todo el tiempo.
la distancia no está en la lejanía,
está en la tristeza y el olvido,
cuando se pierden la fe y los recuerdos.

Si alguna vez,
quisieras olvidarme,
yo te recordaría por siempre,
no es lo que tú quisieras 
hacer con mis sentimientos,
lo esencial es lo que sienta mi corazón,
cada vez que en ti pienso.

Si alguna vez, 
sientes que te ahogas con mis besos
y quisieras escapar de mi presencia
no me importaría a donde vayas,
ya te dibujé en mi alma
y estas tatuada en roca, aquí en mi pecho.

Si alguna vez quisieras ofenderme,
con acciones o palabras;
jamás lograrías herir mis sentimientos.
porque ya me dijiste, te amo
y será, lo único que recuerde en mis delirios.

Si alguna vez, quisieras pisotear mi ser,
por ser un estorbo en tu existencia,
seria invisible a tus desdenes,
porque ya me ungiste con tus besos
y los besos son del amor lo más sublime.

No es importante lo que digas
o escribas en un papel,
lo que me llene de tristeza.
son las palabras que escribiste en mi alma,
las que me llenan de alegría,
eres mi amor narcótico
y blindaste con tu amor el alma mía.
allí no llegaran tus desamores,
ni tus rabias, ni rencores,
en mi alma solamente encontraras,
cantos de amor y de ternura.
Será una isla encantada,
donde sale el sol cada mañana,
a alumbrar tu imagen y tu amor,
en el nicho que fabriqué con tus sonrisas,
con tus cantos, con tus besos
y protegí cada recuerdo
que fue haciéndose inviolable
con el tiempo.
Donde tu olvido, jamás podrá llegar,
porque tu amor y mi amor,
están guardados, en la caja fuerte
de mi alma y mis recuerdos.

 

 

Madre

Nunca se escucha un lamento.

Ni una queja ni un suspiro.

Es como esa montaña, que la hieren y la hieren

Y ella se torna impasible,

Siempre regala sus frutos

Y les da, el agua a sus hijos.

Eres como ese turpial.

Que canta, aunque este llorando,

Como el bello manantial, que da el agua cristalina

Sin importar la desidia, del que la vaya a tomar,

Eres incondicional,

Madre, de todas las madres,

No te puedo comparar con el sol, ni con la luna,

Ni con la mujer más bella,

Porque como tú, ninguna.

Como tu mi vieja bella,

No existe en el universo,

Ningún cuerpo celestial,

Que brinde luz natural, que le broten de sus besos,

Y que pueda soportar, el sufrimiento profundo,

 

Con esos cansados huesos

Y entre lágrimas y rezos,

Y un caminar cansino, llegar hasta donde esté su hijo,

Sin conocer el camino,

Sin importarle el peligro,

Lo protege con su vida,

Y lo llena de ternura.

En este mar de locura, de indiferencia y egoísmo,

La madre muestra su amor,

Su sacrificio profundo,

Porque en este loco mundo.

Madre… solo hay una.

 

 

Déjame que te recuerde…

Por qué borrar la historia que escribimos,

Si en esas páginas de vida, anidan los recuerdos

Dejemos que esa historia se añeje como el vino

Que sea el amor divino de otros tiempos.

 

Por qué dañarnos el sentimiento, de un ayer florecido

Acaso no vivimos un tiempo en el paraíso de los sueños,

Dejemos que la vida siga haciendo el recorrido

Tal vez al final del camino, tengamos nuevos dueños.

 

No vez que nuestras vidas son como ese rio que conocemos

Cristalino al nacer, turbio a la mitad del recorrido

Fétido y moribundo cuando va llegando a su destino

No contaminemos esa historia, de nuestro amor primero

 

Déjame que te recuerde, entre versos y poesías,

Con serenatas mañaneras de esos tiempos,

Déjame que, con esos recuerdos, escriba versos

Que hacen que te quiera todavía.

 

 

Es el ayer, ese tesoro que alimenta, nuestra historia

Son los amores que se fueron, los que alimentan fantasías

Cuando te escribo, me remonto hasta la gloria

Que tus besos me dieron en esos días.

 

Déjame recordarte con un beso compañera

Amor lejano, que viajaste con el tiempo

Fuimos barca que, navegando, se detuvo algún momento

En ese rio de la vida, a descansar en sus riberas.

 

Déjame recordarte en este otoño de mi vida

Cuando ya se fue la primavera de mis años

Para escribir la novela de este amor, en el verano

Y en el invierno por mis nietos, sea leída.

 

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3 comentarios en «Déjame que te recuerde»

  1. Ignacio Gutierrez Aragon:
    Sus versos su voz al declamar y la arrolladora personalidad son un colorido matiz, en uno de esos derroches que la vida ofrese para el deleite de quienes tienen el el amor por la poesía y saben apreciar el talento de un hombre y poeta que comparte su tiempo talento y conocimiento en pro de de promover el arte y la.culrura .

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