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EL ROJO DE TU SER

David Quiñones

 

Hoy vuelvo a ver el ímpetu de tu ser,

desde que te tengo no puedo parar

de expandir todo el amor que tengo para ti.

Pude ver las galaxias más lejanas

a través de tus pupilas y ahí me encontré

con el cúmulo de tu vivo ser, con cada beso

que nos dimos desnudamos

ante la pureza de amarnos gota a gota.

Era inefable el tenerte enfrente

observando aquel cálido momento,

acariciando el aire y purificándolo,

la magia salía al rozar nuestros labios.

Te miro y sé que me perteneces,

como el primer rayo que da el sol,

eres tan mía como la sal al mar,

tienes en tus ojos el equinoccio de mi piel,

el amor que te doy es igual que mirar al espacio: infinito.

Muérdeme el alma, arrastra mi ser

a lo más recóndito de tu aura,

aprisiónale y guárdale con llave,

valdrá la pena no librarse jamás,

solo los valientes saben que de amor

también se muere; como yo por ti.

Déjame ser tuyo en esta vida y en mil más,

serviré a tus pies sin piedad, azótame,

ámame, piérdeme, acaríciame, destrúyeme,

extráñame, que tuyo soy desde aquel instante

en que me viste e hiciste un brindis de pestaña

acompañado de un fulgor que quemaba el momento, nuestro momento.

Por ti mataría, me volvería juez

y me declararía culpable si soy tu presunto.

Enséñame tu mundo, quiero ver el punto más alto

de él y quiero hacerme parte de tus sueños.

Quiero morderte los labios carmín,

quiero tenerlos solo para mí,

que junto con los míos sean únicos,

que rocen como las olas cuando sube la marea

y entre lo más alto llévame, no me regreses jamás

que quiero vivir entre tus playas una eternidad.

Nunca había sentido la necesidad

de querer tanto algo hasta que voltee a verte

y supe que no había mundo o galaxias

que pudieran compararse a ti, a tu entorno tan puro,

por eso desde que te conocí no puse los ojos en nadie ya.

Quizá pido mucho a la vida, solo que nos deje estar juntos hasta el último día.

Siempre viviré para ti, porque cuando entraste a mí,

vi el rojo de tu ser y ahí en lo más hondo me fui junto a ti,

para no perderte nunca, para unir nuestras almas y amarte diez vidas.

 

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