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EN EL CÓDIGO ALFANUMÉRICO

Claudia Piccinno

 

Como un carrete desenrollado

Detenida.

Muda.

Jadeante.

Acosada.

No tenia peso

su cuerpo.

En su mente

los juguetes navideños,

cuando despegó en vuelo

deslizando sobre los reposamanos

de escaleras imaginarias.

Fotografió la escena

que aún le viene a la mente

como un carrete desenrollado

por los pliegues del pasado.


 

Come rullino srotolato

Ferma.

Muta.

Senza fiato.

Braccata.

Non aveva peso

il suo corpo.

Nella sua mente

i balocchi di natale,

quando si alzò in volo

a scivolare poggiamani

di scale immaginarie.

Fotografò la scena

che ancor le torna in mente

come rullino srotolato

di pieghe del passato.

 

 

Soy yo

Soy la musa del desamor,

la que inspira distancia,

a la que el caso otorga

e imparte los golpes de la vida.

Soy yo.

Soy la reina del abandono.

Soy la loca que come alucinaciones

la Medusa que te petrifica

cuando mis ojos leen los tuyos.

Soy yo.

Soy Amelia que encanta

y luego se queda sola,

si la pequeña cerillera que está en ella

tiene la última palabra.

Soy yo.

Soy la roca sobre la que crece el musgo,

ofrezco tesoros a los cuarenta ladrones…

de las turbias aguas me levanto orgullosa…

he perdido la lámpara de los deseos.


 

Sono io

Sono la musa del disamore,

colei che ispira distanza,

colei che il caso elargisce

e incassa i colpi della vita.

Sono io.

Sono la regina dell’abbandono.

Sono la pazza che mangia allucinazioni,

la Medusa che ti pietrifica

quando i miei occhi leggono i tuoi.

Sono io.

Sono Amelia che ammalia

e poi resta sola,

se la piccola fiammiferaia ch’è in lei

ha l’ultima parola.

Sono io.

Sono la roccia su cui cresce il muschio,

offro tesori ai quaranta ladroni…

dalle torbide acque m’innalzo fiera…

persa ho la lampada dei desideri.

 

 

En el código alfanumérico

Claro, no sabías qué estabas

en el código alfanumérico

de cada uno de mis accesos.

Fechas, ocurrencias, memorias

difíciles de descifrar.

Como anónimo es el rostro

detrás de la pantalla.

Apacible es el brillo

de la mirada.

Apagada es mi sonrisa

de circunstancia.

Recibo todos los días

cartas de amor,

poemas que engrosan

el libro de aduladores.

Los leo sin asombro,

los catalogo con un protocolo

que se parece a un reptilario.

Me predispongo al silencio.

Mi mente busca la frescura

de una noche de agosto y sabe que

todo lo demás es ruido.


 

Nel codice alfanumerico

Certo non sapevi d’essere

nel codice alfanumerico

di ogni mio accesso.

Date, ricorrenze, memorie

difficili da decifrare.

Come anonimo è il volto

dietro uno schermo.

Pacato il luccichio

dello sguardo.

Spento il mio sorriso

di circostanza.

Ricevo ogni giorno

lettere d’amore

poesie che ingrossano

il libro degli adulatori.

Le leggo senza stupore,

le catalogo in un protocollo

che assomiglia a un rettilario.

Mi predispongo al silenzio.

La mia mente cerca la frescura

di una notte agostana e sa che

tutto il resto è rumore.

 

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