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LOS CLAVELES DE LUZ

Stefania Di Leo

 

De dónde llega el viento

en tus cabellos,

de dónde la savia de tus ojos,

de dónde ese dolor en mis entrañas,

de dónde el ardor del mundo temblando en tu cintura,

la raíz de la vida en tu garganta,

dónde tú y mis sentidos, tus labios y mis labios;

dónde ocultan los mares las avenidas de tu sangre,

dónde en tu pecho claro luce desnuda el alba,

dónde tu voz susurra insondable,

dónde tu corazón recién besado,

dónde mis sueños adormecidos en tus sueños.

 

 

Serán del laurel, de la sal, de la lluvia

las flores que trae el viento a los que han muerto

y nunca les pisó la blanda arena.

Los mismos astros truncos.

Los mismos horizontes en la orilla.

Las mismas ruinas sobre la planicie.

Y la calma. Tanta paz y calma entre las manos.

 

 

Si por azar dejaras tu mano entre mis manos,

los claveles de luz

el horizonte, la música que ciñe

de arrullos la ventana;

si abandonaras tu mano entre mis manos,

cómo no buscar en las soledades del mar

una gota encendida para alumbrar tu rostro,

o arañar de los cielos el azul luminoso

para pintar tus ojos recién humedecidos…

Si un día dejaras, por azar,

tu mano entre mis manos, llenándote de sueños.

 

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1 comentario en «Los claveles de luz»

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