A media voz
(La nostalgia de Mar del Plata)
Fue en un pueblo con mar como dice Sabina.
Plan de bohemio (de solitario dije por dentro).
Las olas susurran secretos al viento,
el mar refleja alegría y tristeza en sus aguas.
Cómplice, siempre conoce la verdad.
Mis palabras se desvanecen en el aire salado:
“Otra botella que tiro al mar con un mensaje”,
a lo lejos se escuchaba la tormenta que nos esperaba en Castelli.
Me desvanecía en el aire salado, en el silencio de la despedida.
Llegamos a tiempo,
al mismo tiempo empezamos a marcharnos.
Reconozco su voz a media voz,
a media voz, nuestras miradas se encuentran y se entienden,
no hay necesidad de palabras.
Se despierta también el amor a medía voz
como un secreto compartido,
en el silencio desnudas nuestras almas.
Apenas nos conocimos y ya empezamos a irnos de a poco;
un canto suave se eleva en el cielo,
fuego que arde en nuestros pechos,
roce de manos como anestesia,
buscamos un adiós que no duela tanto. El olvido encuentra su fragancia.
A media voz, nos decimos te quiero.
Ella sabe que será la única noche,
yo inocente esperando que no acabe el sueño.
Las luces del bar se desvanecen llevándome cerca y lejos de ella,
mientras el viento no deja susurrar su nombre en mis oídos.
En mi almohada sus cabellos rubios,
en mi piel su piel,
en el aire y en mi ropa su o lor a olvido.
El mar susurra su nombre en cada ola.
A media voz, me despido de ella;
A media verdad, me dice adiós.
Mar del Plata sigue latiendo, contando nuestra historia.
Ella indiferente como si nada,
yo buscando su presencia en la brisa salada.
Otra botella que tiro al mar con un mensaje.
El mar frio, también indiferente sigue abrazando la costa,
Mar del Plata sigue latiendo, esperando el regreso de los que a media vos…
Se amaron y se fueron.
Bellos, muy bellos.