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NUNCA SERÉ FELIZ

Anushka Tereshkova

 

Remanso

La arena negra,

la espuma blanca,

sueños confusos,

cuerpos sin alma.

 

Días de alegría, viviendo a pleno,

desenfrenados, ningún «te quiero».

 

Pasan las horas,

pasa el verano,

un triste adiós,

todo ha cambiado.

 

Yo a mi rutina, a un mundo viejo,

sin cambios bruscos,

anodino y quieto.

Tú a tus quehaceres.

ruido y euforia, vuelos, carreras

alarmas, agendas.

 

Algún llamado, la vida sigue

yo aquí ensoñando

tú, sigues y vives.

 

Habrá más playas que nos encuentren

espumas de mar que nos deleiten

donde yo salga de mi letargo

y tú me elijas y sea tu remanso.

Y sea tu orilla,

el puerto que espera,

la brújula guía,

un bote de velas.

 

Los astros se forman.

Va llegando el día.

Y yo aquí esperando

ansiosa,

trémula y marchita

 

Tus ganas de mar,

de arena y de brisa.

un poco de paz

yo, un algo de vida.

 

Nada de relojes, de apuros ni aviones.

Sólo un fuego tenue, peces de colores,

un ánfora de agua fresca y siempre nueva

y tal vez un «te quiero»

un «me quedo»

o un «hasta la vuelta».

Yo, la arena negra

tú, el mar y la espuma

y un ansia de amar

cuerpos que se juntan.

Hay un plenilunio

que guía la barca

y yo en tu regazo

Sueño cosas vanas

¿Qué dirá tu mente?

¿Qué piensan tus manos?

¿De dónde venimos?

¿Y hacia dónde vamos?

El tiempo confluye

dos almas desiertas,

que cada verano

abrazadas encuentra.

Nada de preguntas

besos por respuestas.

 

Estamos tan cerca

y a la vez tan lejos…

Lunes y domingo,

diciembre y enero.

 

 

Tarde gris

Tarde gris tan silenciosa

de vientos gélidos y sin Sol

busco un refugio en las letras

para encontrar el calor,

con evocar tu voz me obligó

a revolver los recuerdos

se me entibia un poco el alma

y encuentro un poco de abrigo.

 

Con gestos que rebuscamos

para decirnos un «te amo»

sin decirlo y por callarlo

nos esforzamos en vano…

 

En medio de melodías,

de palabras atrevidas,

se iniciaba un vuelo corto

que terminaba en despedida.

 

¿Hasta cuándo fingiremos,

o acaso entre tanto desvelo 

nos iremos alejando?

 

Siento tan fría la tarde

y hay tanto fuego en mi hoguera

te convido a la distancia

un café y una palabra

un espacio en mis silencios,

un sueño muerto en el alma,

un pasito hacia tu boca,

otro atrás, no estoy tan loca.

 

Y nos ganó este silencio, 

entre consejo y consuelo

pronto me fui enamorando

buscando una estrella en tu cielo

amor tácito y sin alas,

callado y desesperado,

barco sin puerto y sin río,

sin timón y sin destino.

 

¿Cuándo volverás mi amor?

¿No ves? te estoy esperando

con el alma compungida

y la esperanza en las manos, 

no te dejaré marchar

dame otra oportunidad, y quédate

por siempre a mi lado.

 

Tarde gris tan silenciosa,

viento gélido del mar,

allí me llevan mis pasos

de tanto llorar y amar.

 

 

Nunca seré feliz

Apenas tendré unos cortos momentos de alegría,

unos insomnios cargados de recuerdo,

unos despertares con sueños muertos.

Apenas tendré unos pinceles rojos,

azules verdes y negros,

siempre me faltara el amarillo de tu pelo,

de los rayos del sol, del fuego.

Apenas tendré una bocanada de aire

en las mañanas para poder respirar el día.

Apenas oiré los cantos de las aves lejanas

a mi casa sin árboles y sin jardines.

¿No sabes, acaso, que te llevaste contigo el reloj,

las brasas, los girasoles, los limones

de la fuente en la cocina

y el diente de león que crece en la hierba?

¿No sabes, acaso, que ya no pinto estaciones veraniegas

porque el amarillo se fue contigo y no ha de regresar?

—Cálmate, tenemos el rojo de la sangre, el verde del prado,

el azul del cielo y el blanco de la nieve, la noche negra

no precisa colores pues te envuelve y te asfixia,

No necesitamos más que el mar, la espuma y un horizonte

donde se pintan todos y cada uno de ellos,

para que nosotros caminemos de la mano hacia la utopía

cierta de que no vamos a estar juntos nunca.

—Hoy nací, en un día gris, ayuno de rayos amarillos

que bañen mi cuna de calor, afuera suena el cielo

con un grito iracundo y necio.

Los dioses han querido que venga

para parar la tormenta,

Pero no me han dejado el Sol,

o si me lo dejaron, tú te lo llevaste.

Afuera ha amainado y se ha pintado

un arcoíris de infinitos colores

Pero falta el amarillo, te lo llevaste tú,

nunca seré feliz.

 

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1 comentario en «Nunca seré feliz»

  1. ¡Anushka, lo lograste nuevamente!
    Cada verso es el reflejo de ti; tristeza y añoranzas profundas.
    Te envío mi saludo, desde México hasta la Patagonia.

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