Carta de piedra
Anhelaba tu regreso al ocaso de la guerra, largas noches con sus días. Se acabó la amarga espera.
(Chía, Cundinamarca, Colombia. 1985) Docente normalista. Participó como candidata al Concejo de Facatativá. Ganadora de la convocatoria Inspírese y eche pa’ la casa (IDECUT), de Comparte lo que somos (Ministerio de Cultura) y, de Cinco pares de patas (Cangrejo Editores). Forma parte de la Escuela de Patrimonio del Municipio, también de los Colectivos: Poetiza palabras de mujer y, Literario colibríes. Miembro fundador de Funcarú (Fundación Cultural y Artística Urapán). Coordinadora de actividades literarias en la Fundación Aprender Viviendo.
Anhelaba tu regreso al ocaso de la guerra, largas noches con sus días. Se acabó la amarga espera.
Nos revelamos contra el sistema, pero entre nosotras mismas lanzamos injurias, muchas veces a la espalda porque no tenemos el coraje de decir las cosas de frente.
No hizo caso a las voces racionales, esas que provenían de cabeza inseguras. No permitió que el frío extinguiera la llama que estaba encendiendo. No contempló voluntades.
Su cadera se movía al ritmo de la escoba y juntas seguían las notas de una pegajosa melodía. Su garganta arrojaba un canto sabroso que afirmaba sus raíces.
Que rimara con el acorde del viento y con la melodía del mar. Qué con pronunciarlo me hiciera sentir en la piel, el sol y la niebla al mismo tiempo. Un poema solo, sin aplausos ni escenarios.
¡Eras tú! Yo tenía los instrumentos, la leña seca, la arena, el mar, la luna, la brisa; Pero llegaste tu y me trajiste todo.
Cuando estoy Enamorada, cuando solo soy, cuando Idealizo y cuando me das Alas. Y aunque solo llegues en un verso siempre tendré el tiempo y el corazón para disfrutar de ti mi amada POESÍA.
Entonces, si me preguntas por qué soy líder, sin duda tendré que decírtelo amigo mío. Soy líder porque soy montaña, porque soy esperanza, porque soy riqueza,
Nunca fui tan plena como cuando me adentré en la vieja canastilla donde escondías tus sueños…
Con los ojos afirmaban, negaban y dudaban. Con los ojos saludaban e irónicamente también ignoraban.