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Magda Liliana Plazas

(Tenjo, Cundinamarca. 1977). Amante del campo, los atardeceres, los gatos, los días grises y los cielos azules. Se considera una escritora empírica de poesía desde la adolescencia. Le escribe al amor, al desamor, la soledad y tiene un estilo dulce, romántico combinado con una pizca de odió y dolor. Participó en el XXII encuentro de la poesía y la palabra, Tenjo 2020, donde uno de mis poemas fue seleccionado "No dejaste mi corazón vacío". Hace parte de la escuela de escrituras creativas de su municipio, en el Centro Cultural Nora Matallana desde el 2.021, a cargo de la docente Mónica Mejía. La poesía es algo que le gusta y apasiona y no pensaba realmente dar a conocer mis escritos hasta que alguien la leyó, una oportunidad inesperada que me impulsó a hacerlo. La poesía es un arte para dejar fluir los sentimientos, los sueños. Es dejar plasmados en ellos un sinfín de mágicas palabras para que otros se identifiquen con ellas.

Muertos en vida

De repente todo cambió, la luz se hizo oscuridad, la vida se apagó, los sueños se hicieron pesadillas, las ilusiones fueron aplastadas y los planes quedaron en nada.

Perdido

Se perdió cuando su boca era la invitación al pecado no el dulce sabor de los enamorados. Se perdió cuando su cuerpo era solo sexo no el refugio cuando estabas cansado.

El adiós

Sanaré mis heridas, las cubriré con los recuerdos que quedaron grabados en mi corazón, tatuados en mi alma. Tranquilo, ya puedes marcharte sin mirar atrás, no hará falta, en tus pasos siempre habrá un recuerdo del cual no puedas huir.

Soy

Soy la miel o la hiel de tu vida, todo depende de ti. La amiga sincera, alcahueta, loca, divertida, o la que sabe dar un buen sermón.

Manos vacías

Un enorme vacío en medio del pecho, una soledad que reemplazó algo llamado amor. Amor, eso que se oculta en aquel rincón temeroso del desprecio que causa tanto dolor.

Soledad y yo

Soledad, mi eterna amiga, rodeada de muchas personas, pero yo… solo yo la siento, la vivo, la escucho. No siempre es mala, prejuiciosa, cruel, desalmada, muchas veces después de tantos reproches me recuerda lo valiosa que soy.

Me voy

agonizaba mi amor por ti. Duele, duele mucho pero me voy, renaceré mañana y nuevamente me acogerá la soledad la cual conozco a medias, pero ya no le temo.

El reloj

Tic-tac, tic-tac suena fuerte esa campana muy dentro de este corazón, se acaba el tiempo, Agoniza un sueño, muere lentamente un amor.