Saltar al contenido

Velislava Krasimirova Bogoeva

(Sofía, Bulgaria. 1987). Licenciada en Filología Hispánica en 2013 por la Universidad Nacional de Educación a Distancia U.N.E.D (España), terminó su Máster Universitario en Formación del Profesorado de ESO y Bachillerato, FP y Enseñanza de Idiomas con la especialidad de Lengua Castellana y Literatura, en 2014 por la misma Universidad. En diciembre de 2014 publicaron su relato “La Gran Aventura Pirenaica” en el Boletín Nº 68 del Club Español del Perro Montaña de los Pirineos (C.E.P.M.P) bajo el epígrafe “Vivencias”. Trabaja como funcionaria Interina, profesora de Lengua y Literatura Castellana. Labor que combina con la enseñanza de los idiomas búlgaro e inglés en clases particulares. Desde septiembre de 2021 colabora como voluntaria en una banda de música local “Banda de Música Salvador Salvador Navarro”. Y desde febrero de 2022 forma parte parte del Colectivo Internacional de Prosa, Música y Poesía y ejerce como Embajadora Cultural para KULTURA PROJECT, y Papel y Lápiz – Casa Editorial. Ciudadana del mundo y amante ferviente de las letras y el arte como poderosas armas pujantes y fuentes inagotables de deleite para los cinco sentidos. Nacida en la capital de un pequeño, pero glorioso país balcánico, mora desde 2007 por las tierras de Julio Llamazares, tierras que, aunque no sean el Pirineo Aragonés de su afamada novela “La lluvia amarilla”, son el polo sur de la misma provincia española que sufre la idéntica enfermedad de la despoblación, igual que el pueblo pirenaico de Ainielle llamazareño

La vida es…

𝐶𝑜𝑙𝑖𝑏𝑟í 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑏𝑒𝑏𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝑠𝑎𝑣𝑖𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑚𝑖 𝑎𝑙𝑚𝑎, 𝑙𝑢𝑐𝑖é𝑟𝑛𝑎𝑔𝑎𝑠 ℎ𝑎𝑚𝑏𝑟𝑖𝑒𝑛𝑡𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑙𝑢𝑧 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑎𝑙𝑎𝑏𝑟𝑎, 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑏𝑎𝑖𝑙𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑛𝑙𝑜𝑞𝑢𝑒𝑐𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑑𝑎 ℎ𝑜𝑗𝑎
𝑑𝑒𝑙 á𝑟𝑏𝑜𝑙 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑣𝑖𝑑𝑎, 𝑑𝑒 𝑟𝑎𝑚𝑎𝑠 𝑑𝑜𝑟𝑎𝑑𝑎𝑠
𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑐𝑎𝑝𝑢𝑙𝑙𝑜𝑠 𝑒𝑛𝑠𝑎𝑛𝑔𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜𝑠.

Baile eterno

Empero la canícula atrayente de la desdichada embelesa por su calor latente al mensajero entre la vida y la muerte, eterno guardián del tiempo
encarnado en el diminuto colibrí real.

Pegaso

¿Para qué has venido? No ves que el «recolector de nubes» brama tu nombre mientras tú me incitas a cabalgarte. Tú has perdido las alas y yo las sandalias de Perseo, ¿cómo quieres que volamos de nuevo?

Sueño

El cielo era su tierra y la tierra su suplicio. Miraba a la bóveda celeste como el sediento ansia el agua. Cielo de color azul profundo y nítido sin ninguna mancha gris, tiempo despejado, anaranjado de luz tenue al anochecer, una importante tormenta se avecinaba.

Juegos de niños

Farid de hecho siempre la escogía a ella independientemente de si jugaban a “Polis y cacos”, al “Balón prisionero”, al “Pilla Pilla” o como en este caso a la “Zapatilla por detrás”. A Aina le tocaba correr siempre, tanto si debía escapar de él como si pretendía atraparle.

Sakura

Algo inesperado atrajo su atención. Los pétalos de la flor de los cerezos de la callejuela ya empezaban a colorear. La sangre de los samuráis, esta bella leyenda japonesa que aún recordaba, se impregnaba en la corola de esta bella pero efímera flor primaveral.