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Heridas invisibles

La vida me iba desangrando, pero sin ruido, como un reloj al que nadie le presta atención hasta que deja de marcar la hora.
Me dolían las cosas que no duelen: los buenos recuerdos que te arrancan de golpe, los abrazos que no dieron, las palabras que se atragantan y nunca encuentran salida.

El mosquito singular

Era tanta su admiración por la sabiduría de ellos que pidió al mesero le permitiera colocarse el delantal y llevar el servicio a estos eruditos, así los escuchaba, los observaba y se preparaba para mejorar su escritura.

El último chamán

El recinto estalló en una gran carcajada que tardó en apaciguarse y, cuando se calmaron, volvió a estallar y así, por tres veces consecutivas dejando a la mitad del alumnado con dolor de estómago y al resto con la mandíbula dislocada…

Tu líder

Atrás estuvo su existencia primorosa y su imponente orgullo esgrimió su legado contando muertos de madres olvidadas y desarrapadas…

Olía a café

La figura de humo sobre la casa de los abuelos, se extiende en un pequeño “paso”. Tejida de fique las chinas para los fogones, hace los oficios del viento mi madre con sus manos…

Alegoría

Eres ternura acurrucada en los rincones de mi alma, policromía bordada cual arcoíris de ensueño
entre torres de esperanza y balcones de suspiros.

Espejo

Agua pura congelada superficie plateada nenúfares flotando en el agua realidad reencarnada distancia cercana reflexión imaginada conocimiento oculto…

Pessoando

Si hubiera llegado primero al mundo, no tendría que aprender otro idioma ni esperar el autobús a un barrio que no existiría, que no tendría las plazas más bonitas que mi barrio no tiene.

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