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Poesía

El infierno sin culpas

El fuego arde, mientras la violencia ruda de la tierra irritada grita, se mueve y sacude sus entrañas rugosas y ásperas, manos de hombres impotentes que escuchan el silencio,
esperando en la vida.

Verdugos de guerra

Los fusiles encubrieron el anhelo de volver a casa, tras el telón de los valientes se escondió la cobardía del gobierno, se defendió un honor contrario a la humanidad, La lujuria bailó sobre los putrefactos y frígidos cadáveres.

Marimba

¡Eras tú! Yo tenía los instrumentos, la leña seca, la arena, el mar, la luna, la brisa; Pero llegaste tu y me trajiste todo.

Los Alpes

Recógeme la vida dentro del cabello
con el cabello húmedo de tanto secar las lágrimas levítame entre palabras o en fragmentos retórname la niña que fui frente al espejo.

Tierra heredada

Las olas se mueven como mis caderas cangrejos azules se esconden del sol. Con viche celebró por toda mi raza Que hereda su sangre, su lucha y valor. Honrro a los ausentes que dejaron huella. Escucho sus voces como una canción.