El alma negra en el castillo de colores
Mientras seguía el camino sin destino alguno pude observar que en este lado del bosque había más animales; un águila entre las nubes;
Mientras seguía el camino sin destino alguno pude observar que en este lado del bosque había más animales; un águila entre las nubes;
Con su pañoleta en la cabeza color café anudada al frente y una camisa manga larga de jersey color verde, se dispone Isidra irse a su casa en algún lugar de invasión de la ciudad…
Esa manifestación no corresponde con mi persona, bien puedan poner al lado y lado de esa efigie, arrugadas hojas de papel de las tantas por mí lanzadas sin tino a la caneca…
A su entrada se puede apreciar un hermoso paisaje combinado de estrechas elevaciones, declives y planicies.
El viento arrecia, ahora es la puerta la que intenta con todas sus fuerzas contener la furia del aire que la sacude con rabia. Cierro los ojos, tomo un sorbo de café, y me asalta una duda.
Los minutos pasaban y se percibía la tensión. «Son las cinco horas con treinta y cinco minutos», expresaba el locutor de Radio Maracaibo…
Al llegar Adán, Eva le contó toda la verdad. El primer hombre sufrió en silencio. Quiso dejarla; no había otra.
Así inicia mi conversación con una dama de negra cabellera en otros tiempos y que el paso del otoño ha decidido intercalar con hilos de plata…
Adoraba el mar, sentarse en la arena y contemplar el atardecer, porque decía que ahí era en donde vivía su Padre Dios…
Todo lo dicho y por decir,
todo lo oculto e inenarrable, va, viene. Nada perdura, un suspiro, un instante, un beso; pero la palabra salida del alma, se queda, se graba.