El día que te fuiste me fui contigo, a mí también me faltó el aire y se me detuvo el corazón. ¿Acaso se puede seguir viva después de enterarte que tu madre ha muerto?
Fui huésped en tu vientre durante nueve meses, me aferré a tu mano desde el primer instante en que me sentí perdida en este nuevo mundo, te busqué mil veces con la mirada y siempre estuviste ahí, me enseñaste el don de la palabra para poder comunicarme, mis primeros pasos fueron al ritmo de los tuyos.
En el colegio me iba bien porque en casa siempre tuve quién revisara mis tareas, quién me impulsara a estar en el cuadro de honor. Nunca me permitiste fallar porque confiabas demasiado en mí. En mis años de adolescente fuiste cómplice, consejera y mejor amiga.
Después, mis estudios me separaron de ti porque tuve que buscar mejores oportunidades fuera de casa y ahí iba yo, con mi maleta al hombro llena de sueños y con mucha comida que me preparabas para que mientras estuviera fuera no me faltara el sabor de hogar.
Cada noche que estuvimos lejos nos despedíamos con una llamada para que no se me olvidara que tenía una mamá al pendiente de mí. Y en esa llamada abrigabas el frío de mi soledad y me alentabas a brillar.
Íbamos tan bien… pero tal parece que de esta vida no se sale ileso.
De pronto, un mal día, me enteré que estabas hospitalizada. Esta pesadilla fue tan repentina que ni tiempo tuve de despedirme. Siempre fuimos unidas, pero me hubiera gustado agradecerte tantas cosas, que entre la cotidianidad de nuestras vidas quizá di por hecho que las sabías.
Estuviste conmigo en mis años maravillosos, pero me hubiera gustado disfrutarte en tu faceta de abuelita, ¿con cuánta ternura hubieras cargado a tu nieta? ¿Cuántos consejos me faltaron oír de ti en mi etapa de mamá primeriza?
Y hoy, aunque tengo miles de razones por las cuales ser feliz, también puedo asegurar que el día que te fuiste yo también morí.
¡Qué lindo! ?
¡Gracias Paula! Recibe un abrazo cálido
Carmina que bonito y cuanto sentido toma oírlo de tu voz….abrazos grandes llenos de cariño!!!
¡Muchas gracias! Yo también apuesto por el audio porque creo que escuchar los escritos en la voz de quien los escribe nos permite recrear el momento.
Muy hermoso
Sin palabras
¡Muchas gracias! Las despedidas siempre traen consigo una enorme nostalgia.