La sombra de una hoz opacó la mañana.
Aguas muertas bajaron por el filo de la loma
con pequeños pensamientos desmembrados.
La mala hora se vino encima.
Ele fue violada y desgarrada en el rastrojo,
a i un machete la separó de su tilde;
despellejaron a de y a e con la navaja
y 12 horas dieron a ere de salir del rancho humilde.
La sombra de una hoz opacó la mañana.
Nubes grises desataron tormentas de sierras y de rifles
destrozando voces y también verdades.
La vida es poca cosa para los que aman silenciar.
Ese cavó su tumba al lado del totumo,
un tiro esperó a o detrás del caserío;
la muerte jugó al blanco con ce
y a i le cambió las vísceras por piedras de río.
Con palo a a rompieron su vientre
y con hacha extrajeron su memoria;
un cuchillo deshojó a ele su pecho
y con pala enterraron su historia.
La sombra de una hoz opacó la mañana.
Vientos negros golpearon bocas que gritaban lo innombrable.
¡Malaya haber sido piedra en zapatos de dioses asesinos!