“Giró la cabeza y sus ojos se encontraron con los de Pedro. En ese momento comprendió perfectamente lo que debe sentir la masa de un buñuelo al entrar en contacto con el aceite hirviendo”.
Como agua para chocolate es una novela rosa mexicana, publicada en 1989, escrita por Laura Esquivel. ¿Vale la pena releer este best-seller hoy?
Tita es la hija menor de una familia que vive en una zona rural de México. Su padre falleció cuando ella era muy pequeña, por lo que Mamá Elena la condenó a no poder casarse para atender a sus necesidades. Sin embargo, eso no impedirá que Tita se enamore perdidamente de Pedro.
Traducida en 30 idiomas, Como agua para chocolate fue la primera obra de la actual diputada mexicana Laura Esquivel Valdés. Tiene, a su vez, una adaptación llevada al cine por el director Alfonso Arau.
En esta historia partimos de un personaje principal femenino que tiene como objetivo máximo la realización personal a partir del matrimonio. Tiene sentido si tenemos en cuenta que la novela rosa es un subgénero dentro del romance, por lo que necesariamente se centra en un amor imposible.
La novela, capítulo a capítulo, cuenta una receta típica mexicana. Mientras expone los ingredientes y la forma de llevar a cabo las preparaciones, mezcla el tutorial de cocina con la narrativa del romance y las dificultades que aparecen para concretarse. Es un libro que, sin dudas, no tiene mayores dificultades en cuanto al lenguaje.
Una característica que es sumamente destacable son los pequeños toques de realismo mágico que aparecen a lo largo de la historia: poderes mágicos a través de las comidas, un final que rompe con lo establecido en el verosímil de la obra. En el contexto de época, esta obra puede entenderse dentro del boom latinoamericano.
¿Vale la pena releerla hoy? Sin dudas. Por un lado, es una obra muy entretenida: tiene todos los condimentos de una telenovela de la tarde. Por otra parte, la particularidad del estilo es creativamente muy enriquecedora. A lo largo de la historia nos encontramos con metáforas y analogías vinculadas a la gastronomía que no sólo son poéticamente atractivas, sino que también ponen en juego cómo la comida nos remite a experiencias y recuerdos pasados.
Hola, Juana. Muy interesante tu análisis sobre esta obra. Me encanta «Como agua para Chocolate». Además de lo que exponés, pienso que es una obra que se conecta mucho con lo femenino, en un tránsito intenso entre lo público las costumbres de la época y lo íntimo, ya que la historia de Tita es narrada a partir de su diario, leído por la sobrina. Estoy de acuerdo contigo. Vale la pena volver a leer esta obra, así como vale leer el mismo diario de Tita, que publicó después. Es un ejercicio muy bonito leer la historia contada en la voz de la protagonista. Gracias por traerme el recuerdos de esta lectura tan sabrosa.