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OBRAS INFANTILES

Rosalba Salazar Gallo

 

TODO ES UN CANTO

¡Canta río… Canta canta!

por remanso y cascadas.

¡Cantan las olas del mar,

cantan caños y quebradas!

 

¡Canta el viento, el huracán

ventorrillos, vendavales,

canta la brisa serena

en la llanura y la playa!

 

¡Canta la lluvia menuda,

 el aguacero en la calle

y canta con gran dulzura

cuando cae en los tejados!

 

¡Canta el sol, canta la luna,

cantan luceros y estrellas,

en silencioso cantar

en la noche y la mañana!

 

¡Cantan las ranas, los sapos

grillos, burros y pájaros,

 búhos y chicharra cantan,

en el mar, la sirenita,

y en casa… Canta mi madre!

 

¡Canta la naturaleza,

 el amor, vive cantando,

canta la vida y la muerte…

Porque todo… ¡Es solo un canto!

 

 

POMPILIO Y PETRONA

Pompilio pancita, es ¡buen panadero!

Hornea ilusiones, amor y soñar,

cuando están doradas, crocantes, crujientes,

llena su canasto… Y al parque se va

 

Se para en la esquina, amable, sonriente,

Pompilio Pancita, se pone a gritar:

Churros de ilusiones, panderos de risas,

milhojas de sueños, ¡vengan a probar!

 

Aparece luego, la negra Petrona…

 De ojos picarones y rítmico andar.

Sobre su cabeza un platón sostiene,

y empieza la negra así a pregonar:

 

Alegrías, alegrías, besos de negra y negrito,

las crespas y las cocadas rellenas de cariñito.

Panelitas, chontaduro, suspiros enamorados,

compren, compren, amiguitos, que esto da felicidad.

 

 

EL SON DE DOMITILA

 Las ollas y las olletas.

las cazuelas y el perol

el sartén grande y negrote

están de revolución.

Que están cansados dijeron

de aquel fuego del fogón,

untados de mil menjurjes

con pega y hasta quemón.

Domitila les molesta,

cuando coge con su son

para ponerlos brillantes

con agua tibia y jabón.

 

Chiqui, chiqui, chiqui, cha…

 

Las ollas y las olletas

las cazuelas y el perol,

están de huelga, ¡es domingo!

¡Viva la revolución!

Mañana, otra vez cucayo,

sopa ahumada, dulce y grasa por montón

 y Domitila de nuevo

con la esponja y con su son:

chiqui, chiqui, chiqui, cha,

sacándoles brillo a todas,

con agua tibia y jabón.

 

 

DIEZ MINUTOS

Espera, ¡tan solo diez minutos!
Me bastarán para despertar del sueño
y beberme la tarde que hunde sus horas
sobre mi ventana.
Diez minutos; para desbaratar encajes
tejidos en mi espera paciente y prolongada,
añorando quererte allá en la playa.
Diez minutos,
para que dore mi piel tu beso cálido.
Para que sean más blancas mis sienes
cuando marches
y más oscura el ave en lontananza.
Espera tan solo… ¡Diez minutos!
Me bastarán para morir de lástima
mientras guardo en el viejo baúl
de los recuerdos, tu imagen, tu voz
y las ganas de amarte cuando partas.

 

 

VOLVERÁS

Lo pregunta al graznido de las aves marinas

cuando agoniza el día que ceba su congoja

expectante la lumbre se apaga en la ventana

y un réquiem de gaviotas pasan buscando nido.

Lozana cual flor de recién primavera

taciturna mujer absorta en los antojos

se muere vislumbrando las jarcias del recuerdo

que en el vetusto muelle olvidó el marinero.

Asomada al postigo arrecia su esperanza

los rezos cual badajo tañendo las campanas

sus dos pequeños mares escrutan compungidos

el piélago que besa los cerros moribundos.

Así, envejece el tiempo de sales y murmullos,

el velero no llega… La pregunta resiste

¿Volverás algún día?

 

 

MÉDANOS Y COLLADOS

Ya no ululan los búhos apura la alborada

la noche se ha escanciado sobre los tibios médanos

oraciones de auroras entonas los gorriones

anunciando jornada de auras y de soles.

Otea en los collados la estrella matutina

los prístinos destellos despiertan las palmeras

vocinglero el oasis abanica las dunas

y nómadas beduinos de viejos dromedarios

sus sedes apaciguan en los cristales nuevos.

 

 

NOCTURNO

Hay noche… De espumas,

de arena y de olas,

de sal, de murmullo de mar

y cantar de sirenas.

Noches en que el viento

desnuda las penas

y en que somos laxos

mirando una estrella.

 

Hay noches… Oscuras

de búho y luciérnaga,

de arrullo de ramas

al soplar el viento,

noches aromadas

de sueño y silencio,

en que quieto el mundo

se escuchan los montes.

 

Pero hay otras noches…

de embrujo y misterio,

de sábanas blancas

de sudor y besos,

noches en que el duende

del amor nos llega

y nos arrebata,

el alma y el cuerpo.

 

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2 comentarios en «Obras infantiles»

  1. Rosalba, bellos tus encuentros con la mágica y soñada niñez. Felicitaciones; porque detrás de un corazón grande hay pensamientos juguetones e infantiles, atentos a que los infantes no salgan antes de tiempo de su caparazón inocente.

  2. Siempre he pensado que enseñar a los niños necesita magia especial, pero tú, Rosalba, tienes esa magia, lo veo a través de tus composiciones, pero además, tienes el don de componer para los chiquitos. ¡Felicitaciones!

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