EL SUEÑO DE UNA COSTURERA
Carmela es una mujer que toda su vida la pasó cociendo pantalones, camisas, blusas y manteles para la gente de Solón, el pueblo de los sueños. Desde muy joven aprendió ese arte de su madre y, como casi todas las mujeres, anhelaba casarse y tener un hijo, pero para la pobre, la suerte fue esquiva y ningún príncipe azul apareció por su vida. Al cabo de los años y ya cansada, pues tenía ochenta, decidió adoptar a un hijo. Decidió no dejarlo ver a sus vecinos que intrigados querían saber el color de sus ojos, su piel, si era feo o bonito y tantas cosas más; ella lo mantenía en una cunita. Un día, unos vecinos chismosos aprovecharon la siesta que hizo Carmela para entrar a su casa y sorprendidos descubrieron que era nada más y nada menos que un perrito, no medía ni treinta y cincos centímetros. Corriose la buena nueva, que el niño no era tan niño y que el sueño de madre de Carmela ya siendo anciana, lo cumplió con ese animalito que llenó su vida de alegría.
Felicidades!