HERMANA Y HERMANO HAITIANO:
¡TU DOLOR E INJUSTICIA, TAMBIÉN ES LA MÍA!
Sintonizo las noticias,
y al mirar las imágenes de Haití,
un dolor tan escalofriante
recorre por mis venas.
¡La miseria y la injusticia de ese pueblo,
también se hacen míos!
¿Qué hacemos por ti hermana y hermano haitiano?
Me queda solo pedirle al Dios del cielo,
que acabe con esa cruel pesadilla,
de la cual ustedes van viviendo.
¿Por qué Dios mío?
¿Por qué en Haití se viven tantas desgracias,
y hasta su pueblo muere de forma inclemente?
Mis oraciones son bendiciones abundantes,
que se riegan en semillas para tu pueblo:
inmensas en amor,
inmensas en esperanzas,
inmensas en ternuras.
¿Cómo no he de sentir a esas niñas y niños,
a quienes les arrebataron su sonrisa cruelmente?
A veces,
sueño que el sol les devuelve esa sonrisa,
a sus caritas relucientes.
¡Tan relucientes que van a la escuela
y una nueva lección aprenderán!
Llevan en sus bolsitos
el cuaderno del valor,
y el lápiz de la bondad.
Leen en voz alta las lecciones de solidaridad,
Porque algo bello nacerá en su heroico país:
¡La soñada paz!
El amor lo aprenden sumando,
y nunca lo restarán.
Verás cómo se multiplicará la alegría,
porque nunca la dividirán.
¡Así serán los niños y las niñas,
de la futura Haití!
Hermana y hermano haitiano:
¡Qué orgullo llamarte así!
Somos sangre y fuego.
Somos lágrimas y sudor.
Somos la tierra labrada,
donde crecerán frutos de unión.
Tu lucha es mi lucha.
Tu dolor es mi dolor.
¡Tu injusticia también es la mía,
porque la siento en mi corazón!
Te regalo un poema que brote,
a gritos desde mi piel,
a gritos desde un rincón de Caracas.
¡Poema bendito!
¡Poema de luz!
¡Si llega hasta tu pueblo,
se sentirá bonito,
hasta tu cielo azul!
La dicha que lleva mi patria,
te la vamos a obsequiar.
¡No al hambre ni a la miseria!
Pues todo este inmenso amor,
es el pan que tu pueblo comerá.
Mis labios brotan versos de esperanza,
para ti hermana y hermano haitiano,
pues en esta ardua batalla,
el fracaso y el miedo, morirán.
¡Se van las sombras del olvido y de la muerte!
Para ti pueblo haitiano,
mi poema es un grito combatiente,
que se estremece en amor
y libertad por siempre.
Ese es el regalo que te doy,
hermana y hermano haitiano:
¡No quiero que tu patria sufra más horror!
Toma esta paloma con el ramo de olivo
y que vuele por los caminos de Dios,
obsequiando justicia,
paz y amor.
¡Es la paloma de la esperanza,
que a tu pueblo traiga bendición!
Resucitarán los héroes,
las heroínas y los mártires,
a combatir por la libertad.
Vendrán Petión y Bolívar,
con sus espadas sagradas y victoriosas,
a traerles bienestar.
Hermana y hermano haitiano:
Sacaremos al enemigo invasor,
y a todo aquel que quiera hacerles daño.
Tu dolor e injusticia, también son míos.
Tu libertad y esperanza, también la es.
Hermana y hermano haitiano:
¡Tu clamor es mi verso,
hecho poesía!
¡Hasta la victoria siempre pueblo hermano!
Felicidades Siboney, que intensidad. ?
¡Muchas gracias compa! Me alegra le haya gustado mi repertorio poético. Reciba un abrazo de luz, desde Caracas-Venezuela.
Siboney del Rey 🙂