Mientras esperaba que el semáforo se pusiera en verde, por el retrovisor pude ver cómo la ciudad se desvanecía, podía escuchar gritos de angustia; todo estaba siendo devorado por una gigantesca nube gris de la cual emanaba sufrimiento y dolor. No era capaz de pisar el acelerador, los gritos de mi madre pidiendo auxilio me impedía hacerlo, a pesar de que le había prometido que no iba a regresar, lo hice. A medida que me iba acercando más al auxilio de ella, la niebla iba penetrando mis poros, el dolor era insoportable, sentía como mis oídos no podían soportar el ruido y estallaban; la sangre corría por mi cuerpo, salía de mis ojos, nariz y boca; mi corazón cada vez se iba haciendo más grande, hasta que no soporté el peso de aquella tortura y me dejé consumir.
El fogaje de mi habitación era insoportable, a pesar de que solo eran las 2:30 de la madrugada, llevaba dormida diez minutos, pero aquella pesadilla me acosaba noche tras noche, la voz angustiada de mi madre sería mi castigo eterno; aún me pregunto por qué nunca la ayudé. A lo lejos escuché la televisión encendida, me levanté, encendí un cigarrillo y me dirigí a sala; mi padre se había quedado dormido en el sofá mientras veía La noche del demonio, salí al patio para poder fumar tranquila y tratar de ignorar todo lo que había sucedido aquella noche.
—No dejes la colilla ahí, los pajaritos pensarán que sirve para su nido y pueden morir.
—¿Desde cuándo te preocupan los pájaros?
—Desde que te conocí.
Samantha es mi vecina y mi novia, nos conocimos tres meses después de la muerte de mi mamá, desde entonces somos inseparables.
—¿Qué haces despiertan tan tarde? —pregunté.
—No podía dormir, dentro de dos semanas es el aniversario de tu mamá y sé que estos días son un infierno para ti, no puedo dejar de pensarte. ¿La pesadilla regresó?
—Sí.
—Deja de culparte Carla, solo tenías diez años; no fue tu responsabilidad.
Empecé a llorar, como si mis lágrimas le fuesen a devolver la vida a mi madre.
—La extraño —dije casi sin voz.
Interesante relato Danny ???????????