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HILANDO LOS AÑOS

Yennilyn Lara

 

Ensueño

Mi alma tiene sed frente al oasis de un desierto,

El invierno es caluroso en medio de un otoño primaveral,

Arenas de una playa cristalina simulan el color de la noche,

¿Y mis pesares? No han emigrado hacia bosques de ensueños.

 

Las olas apuntan al alba de un diciembre en penumbra,

Podría Dios aniquilar el mundo y sobrevivir al siniestro,

Las nubes absorben mis lágrimas y luego, llueve ceniza.

¡Han pasado cosas que solo en la imaginación de un poeta suceden!

¿Y mi tristeza? Me espera desnuda para ser acariciada por mi escasa cordura

 

Contemplo mi cadáver en un féretro de cartón,

En un sepulcro lamentado por fantasmas en pena,

Han resucitado suicidas para hablar de su hazaña,

Frente a la ventana de mi habitación,

Embriago todos mis sentidos,

Alejandra Pizarnik me lee su último escrito,

Todo puede suceder en el alma de un poeta.

 

 

Marinero Imagina

Alejandro Vergara Lara             

En ti yace la inocencia de varias generaciones,

Te forjaste entre mi vientre inmaculado,

Sostienes el hilo que nos enlaza entre quimeras,

Hallarás mi alma al recitar mis versos,

Mi poesía engalana la voz de tu conciencia.

 

Marinero imaginario,

Nadaré entre tus sueños hasta que puedas entenderlos,

Tu tierno perfume se mantendrá en mis poros,

En el silbato de los navíos escucharé tu voz,

En los faros solitarios veré tu reflejo de infante.

 

Cuando huyas de mis caricias maternales,

Recordaré nuestro regazo de genuina complicidad,

A merced del viento que se mueve para sonreír contigo,

Estaré esperando que la luz del alba se refleje en tu pensamiento.

 

Vuelve a escuchar mis latidos cuando desees serenidad,

Entre miles de voces que digan amarte,

No olvides jamás la mía,

No te diré que te amo,

El amor ante ti carece de todas las virtudes.

No reveles a otros nuestra manera de amar.

 

 

Hilando los años

A mi abuela, Orlanda Segovia Negrete       

Sentada frente a su vieja máquina de coser,

Sintiendo los implacables años,

Sus canas agradan al cielo nebuloso,

En sus venas corre la sangre que nos une,

Tiene la mirada consternada por la vejez.

 

La amnesia hace estragos en sus recuerdos,

Está cansada a la espera de últimos suspiros,

Ella condensó la esencia de la pulcritud,

En ella se convidaron las virtudes del honor.

 

Su diáfana voz balbucea plegarias a la deriva,

Va hilando sus años con el cansancio que acolita,

Con paciencia respondo a preguntas repetitivas,

La muerte se asoma a la empañada ventana y nos ve sonreír.

 

Ella aún cree que es modista,

Ha olvidado que solo se dedica a sus baños matutinos,

A sentarse en la tarde sobre aquella vieja mecedora,

Y a esperar alguna repetida conversación.

 

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2 comentarios en «Hilando los años»

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