Me regocijo en el silencio

y en el sonido estrepitoso de la lluvia sobre un tejado seco

en una tarde que parezca noche

y en el frío que calienta mi cobija vieja.

Me regocijo en un recuerdo grato

y en una canción de los ochenta

con el sonido armonioso de las olas

con la soledad o con una reunión

donde se crucen abrazos como los de antes.

Me regocijo con los recuerdos que va dejando la existencia

con el camino pausado de las estrellas

y con el rápido paso del viento que anuncia una tormenta.

Me regocijo con el recuerdo de mis padres

con el cariño de toda esa gran la familia que me queda

y con ese amor imposible que llegué a conquistar un día.

Me regocijo con los amigos…

Los de ayer que serán los de siempre

los que conocí en el camino y que se quedan

y los que están por venir en una tarde cualquiera.

Me regocijo con mi pluma que me abre tantas puertas

y con el humor que me sigue como Sancho.

Me regocijo con ese trino de las aves cuando me despiertan

y con los grillos que arrullan esta noche pasajera.