(Guaitarilla, Nariño, Colombia. 1967) Administradora de Empresas, Poeta, declamadora y Gestora Cultural. Pertenece a: Colectivo Internacional Papel y Lápiz (Colombia), Colectivo Internacional Prosa, Música y Poesía (Colombia), Colectivo Aquelarre Poético (Pasto, Nariño), Uyayay Colectivo Poético Internacional (Pereira, Colombia) y Taller Awuasca UDENAR (Universidad de Nariño, Colombia). Ha participado durante seis años en la feria del Libro de Bogotá (Colombia), Feria del Libro de Pasto (2021), en la Feria Juvenil (Pasto, 2021), la Feria Artesanal de Colombia (Pasto, 2022), ha declamado su poesía en el evento Voces del Carnaval del Mundo (Bogotá, Colombia) por cinco años consecutivos 2016, 2017, 2018, 2019 hasta 2020 y ha recitado en el programa radial dedicado al Dramaturgo Granadino en Nuestra América Online Radio (Estados Unidos) en La Casa del Poeta Federico García Lorca. Ha publicado cuatro libros: Espacios Del Alma, Sabiduría Popular, Palabras Desatadas, Fisuras y cicatrices.
Omaira, hermosos poemas a la mujer. Valor que todos deberían tener. Gracias por compartir.
Omaira, tu lírica femenina recorre múltiples aspectos aunque siempre desde fuera, desde el punto de vista de un narrador testigo que habla en 3 persona del singular sin convertirse en protagonista de los poemas.
Decirte primero que tu lírica transmite muchísima ternura y que fluye sin obstáculo alguno, lo cual es precioso porque entendimiento y sentimiento van al unísono en todo momento.
«Mujer de madera» me ha encantado (como el resto de poemas aquí compartidos).Es una descripción honda y emotiva de la femineidad con una deliciosa crítica social sobre la imagen de tan importante figura, menospreciada o apocada en aquello que se considera de dominio masculino (política, patria, matemáticas, escritura) Prácticamente se le excluye de todo, excepto el hogar que desde el punto de vista patriarcal es un servicio igual a la nada (imagen que transmite la misma sociedad y los ojos del hijO que «te mira como si nada»). Hay muchísimas imágenes en este poema extremadamente bellas, pero yo me quedo con la mujer como «poema de LIQUÍDAS palabras» (qué explícita está aquí la sensación de impotencia ante el mundo con la enorme cantidad de cargas pesadas que se le han encomendado casi como una obligación y no como un fruto de amor incondicional y abnegado de una decisión que merece reconocimiento en los ojos por lo menos de sus seres amados) y “estremeces el viento ensamblando retazos con hilos urdidos de tu cotidianidad” (esta imagen es tan creativa y tan precisa a la vez que enamora. Se ve a la mujer como una maga capaz de convertir los retazos de la nada en algo de extrema belleza ante la cual la misma naturaleza tiembla). El título es tan sugerente! La madera es un material noble y moldeable que admite cierto grado de equivocación pero si incurres en el error de tajarlo en demasía lo partes. Si no lo tratas con cariño y cuidado se astilla y te hiere. Un poema extraordinariamente bello, Omaira! Y además instas a la mujer a seguir luchando con el mejor arma que le dará las alas para volar, la educación.
“Ni un día más” me ha llenado los ojos de lágrimas. La sociedad juzga como frágil a la mujer que en el describes y tú la muestras desde un ángulo totalmente diferente y que es en sí su cara real (solo los que han tenido la desgracia de conocer desde dentro la realidad que describes no tendrán dudas de que no es fragilidad sino una fuerza enorme el que ella sepa seguir adelante tragando todos las desgracias infinitas sin envenenar su corazón de la ponzoña del odio y de la venganza). Y de nuevo la crítica social en tus versos. Una crítica a la tan fuertemente arraigada mentalidad “entre más le pegue es que el MACHO más la quiere” (una mentalidad que se sigue transmitiendo mediante anuncios, películas o música que a mí me pone los pelos de punta cuando veo los iconos de conducta para las chicas y chicos jóvenes que tendrán que educar a mis hijos también un día. Los celos y el control absoluto son vistos como muestras de amor, entre otras cosas totalmente enfermizas). Me encanta que hayas elegido el vocablo “macho” y no hombre. Ojalá las chicas fueran más conscientes de la diferencia abismal entre una y otra definición. El final te rompe el corazón del todo. Uno entiende que la sociedad a pesar de ser un ente vivo es más bien un ser falto de corazón en los momentos de suma necesidad, pero lo que te destroza es que los hijos que partieron se olvidaron de la que los sacó adelante SOLA. Ni un día más quiere esta mujer que siga latiendo su corazón, y no hay nada como sentir la desesperación de un alma que halla reposo y alivio tan solo en la muerte. Es un poema que te atropella y de deja hecho añicos.
“Miradas despiadadas” es una doble crítica brutal y despiadada tanto de la inmadurez mental de la mujer que cae en sus propias trampas hacia una perdición sin retorno. (Una inmadurez cuyos orígenes pueden ser muy interesantes de observar también y tienen su razón de ser, normalmente unidas a una falta de autoestima real a pesar de la imagen que se quiera transmitir y a la necesidad humana que se puede volver patológica también de sentirse amada o por lo menos aceptada entre un grupo de iguales que siempre la han rechazado o simplemente jamás la hayan amado siquiera en el nido familiar). Y una crítica social también que solo sabe soltar palabras de aviso o consejos pero sin poseer voluntariamente herramientas de ayuda para la actuación real y tan necesaria. La mujer se “convirtió en mendiga, así pasó MUCHOS años…” (los puntos suspensivos son desgarradores aquí son un grito imposible de omitir ni para hacer oídos sordos) “Murió, flaca, enferma, VENCIDA debajo de un puente con la falda MUY arriba.” (otro final desgarrador tanto por las circunstancias vitales en los que vive sus últimos años, por el lugar y el estado en que se enfrenta a la muerte pero también por el sentimiento de pérdida. De perder en la lucha constante más allá de las batallas con la sociedad, sino la guerra consigo misma. De saberse insatisfecha en el logro de unos sueños que jamás pudieron acercarse a la realidad. El vocablo “vencida” es demoledor.
Los últimos dos poemas son toda un himno que invita a la mujer a ser como es ya de por sí, pero en vez de agachar la cabeza por su idiosincrasia, que la levante sin miedo, sino con orgullo al ser consciente del papel y del poder tan importante que tiene de dar vida, de iluminar la vida propia y ajena, llevando la paz y el amor a cada rincón, amando la vida y al género humano con todos sus sinsabores que ella tan bien sabe enfrentar con valentía, ternura y sacrificio, con el corazón libre y planeando siempre en las alturas de la esperanza, la fe y el ideal de que si puede existir un mundo mejor, ella sería un punto clave del engranaje.
Un enorme placer haber leído tus versos hoy, Omaira!!
Te abrazo en la distancia, me has regalado mucho amor y esperanza con tus estrofas!