Saltar al contenido

CORAZÓN DE MUJER

Omaira Bastidas Patiño

 

MUJER DE MADERA

Silencio virtud invisible,

letargo inquieto

transformado en madera.

 

Entregada al servicio,

incapaz de expresar lo que siente,

vive con su dolor oculto.

 

Poema de liquidas palabras,

sometida al quehacer de la casa,

él hombre siempre te maltrata,

la sociedad te tiene olvidada

y tu hijo te mira como si nada.

 

En el hogar nadie te reemplaza,

tu trabajo no es gratificado,

imprudente cuando en algo participas,

torpe en temas de política,

más aún en asuntos de la patria,

en escritura, lenguaje y matemáticas.

 

Sumisa heroína de triunfos gloriosos

que forjas imperios en un parpadeo,

estremeces al viento ensamblando retazos

con hilos urdidos de tu cotidianidad.

 

Tu piel frágil, delicada,

incita al romance sensual de los días

reclamando en cada partitura,

ternura, amor, canto, poesía…

Sin embargo, enfrentando al patriarcado,

algunas veces lo has dosificado

a pasos gigantes de finos sarcasmos

pretendiendo encender el fuego

de tu ardiente corazón.

 

¡La educación será tu fuerza

y la lucha el desafío!

 

 

NI UN DÍA MÁS

Labios de cristal enmudecidos,

virginales y ardientes de pureza,

abiertos de placer a la dulzura,

temblando de miedo incontenible

al escuchar el horrible estruendo

del malvado esposo que borracho

llegaba siempre alborotado

y sin un centavo en el bolsillo.

 

Gritaba desde afuera como loco,

tomaba su último bocado,

daba golpes, patadas a la puerta

despertando a la mujer y a los muchachos.

Nunca trabajó para la remesa,

con el vicio arruino a la familia.

 

Ella espejo de virtudes

aprendió a vivir como vivimos las mujeres

pensando que entre más le pegue

es que el macho más la quiere.

 

Los hijos partieron con el tiempo,

el borracho apareció muerto en la vía,

un carro fantasma la gente decía.

 

La sacaron de la casa

porque plata no tenía,

le toco coger calle

a mendigar el pan del día.

 

Le queda solo el impulso

de su débil corazón

que con el peso de los años

la va matando el dolor,

repitiendo a cada paso,

ni un día más, ni un día más.

 

 

MIRADAS DESPIADADAS

Arriba de las rodillas

siempre mostraba las piernas,

tierna, esbelta, coqueta

lucía su falda moderna,

 era el alma de todas las fiestas.

 

Hizo suyas manías nuevas,

orgullosa, perversa,

presumida,

omitió los consejos

perdida en el vicio y la impureza.

 

Entusiasmada hablaba de la moda,

en su mente no cabía otra cosa

que ser elegante, melindrosa,

parecía una bella dama

vestida como maga.

 

Ya llegada a los cincuenta,

fueron cambiando las cosas…

No había pretendientes,

lujos, ni faldas cortas.

 

El alcohol la fue consumiendo,

la convirtió en mendiga,

así pasó muchos años…

Murió flaca, enferma, vencida

debajo de un puente

con la falda muy arriba.

 

 

INVITACION DE MUJER A MUJERES

Somos miles y miles

en el mundo,

en la tierra,

 en el crepúsculo,

 en la noche…

Caminamos cargando

 nuestros sueños,

nuestras lágrimas,

nuestros cadáveres

y todas las

inagotables nostalgias

 de la vida.

 

Vengo desde lejos tierra mía,

en la ardua búsqueda de un cambio,

de una renovación para la historia,

tejiendo con algunas compañeras

la confluencia de mujeres luchadoras.

 

Mujer agraria, humilde campesina,

mujer que con su trabajo y sencillez

contribuye al sustento familiar,

mujer digna de admiración y respeto,

mujer hechura de ternura y sentimiento

te invito a ser valiente y fuerte.

 

Mujer licor, misterio, fiebre de ilusión y esperanza,

no pierdas la alegría de tus propias emociones,

el canto, la música, la poesía te arrulla cada día.

 

Déjate llevar

 por el sol,

 por la magia del universo,

por los hermosos detalles de tu libre corazón,

inspírate para volar como las águilas,

no permitas que nada ni nadie

sepulten en el olvido tus ideales.

 

Mujer que pares con dolor y mucho amor,

mujer india, negra, blanca, mestiza,

de todas las razas y colores

abandona ese amor estático y dormido,

la magia de tus labios y tu voz

debe escucharse en el amanecer

de un nuevo día.

 

Mujer que estudias,

 que trabajas,

que vives tu doble jornada,

que llevas las riendas de la sociedad,

escribe tu nombre en lo alto del monte,

saca de tu pecho las aspiraciones

para que el paisaje,

 la plegaria

y las oraciones

alcancen la gloria de la

juventud como las flores.

 

La esencia del poema la mujer,

la esencia de la vida la mujer,

la primera en las luchas la mujer,

el ramo de flores la mujer,

 la belleza y el delirio la mujer.

 

 

CORAZÓN DE MUJER

No cambies el amor por la riqueza,

no te fascines por una cara linda,

 piensa, reflexiona y busca

en el amor un alma gemela.

 

En tus labios florece la palabra,

verso, amor que a la par se multiplican

en un río de jazmines que desbordan

delirios de ternura y sacrificio.

 

Debes urdir paciencia y mucha calma,

 comprender la ciencia del saber,

sembrar del corazón en cada hijo

el victorioso manto del amor.

 

Debes tener vocación en tu tarea,

pasión y amor como la de Dios,

cultivando paso a paso por la vida

una conciencia plena y sin temor.

 

Debes amar los sinsabores,

la nostalgia,

la noche,

la tristeza,

la alegría,

el silencio,

 la soledad.

 

Debes navegar con ansiedad

en la paz profunda de tu propio corazón,

aprende a pronunciar el sabor

en el revuelto compromiso del amor

y recordar en el oasis de ternura

que en vez de un corazón siempre son dos.

 

Dar tu mano, toma la otra,

decidir con el privilegio de la libertad

tu propia capacidad de iluminar

 tu vida y la del otro.

 

1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (Ninguna valoración todavía)
Cargando...

2 comentarios en «Corazón de mujer»

  1. Omaira, tu lírica femenina recorre múltiples aspectos aunque siempre desde fuera, desde el punto de vista de un narrador testigo que habla en 3 persona del singular sin convertirse en protagonista de los poemas.

    Decirte primero que tu lírica transmite muchísima ternura y que fluye sin obstáculo alguno, lo cual es precioso porque entendimiento y sentimiento van al unísono en todo momento.

    «Mujer de madera» me ha encantado (como el resto de poemas aquí compartidos).Es una descripción honda y emotiva de la femineidad con una deliciosa crítica social sobre la imagen de tan importante figura, menospreciada o apocada en aquello que se considera de dominio masculino (política, patria, matemáticas, escritura) Prácticamente se le excluye de todo, excepto el hogar que desde el punto de vista patriarcal es un servicio igual a la nada (imagen que transmite la misma sociedad y los ojos del hijO que «te mira como si nada»). Hay muchísimas imágenes en este poema extremadamente bellas, pero yo me quedo con la mujer como «poema de LIQUÍDAS palabras» (qué explícita está aquí la sensación de impotencia ante el mundo con la enorme cantidad de cargas pesadas que se le han encomendado casi como una obligación y no como un fruto de amor incondicional y abnegado de una decisión que merece reconocimiento en los ojos por lo menos de sus seres amados) y “estremeces el viento ensamblando retazos con hilos urdidos de tu cotidianidad” (esta imagen es tan creativa y tan precisa a la vez que enamora. Se ve a la mujer como una maga capaz de convertir los retazos de la nada en algo de extrema belleza ante la cual la misma naturaleza tiembla). El título es tan sugerente! La madera es un material noble y moldeable que admite cierto grado de equivocación pero si incurres en el error de tajarlo en demasía lo partes. Si no lo tratas con cariño y cuidado se astilla y te hiere. Un poema extraordinariamente bello, Omaira! Y además instas a la mujer a seguir luchando con el mejor arma que le dará las alas para volar, la educación.

    “Ni un día más” me ha llenado los ojos de lágrimas. La sociedad juzga como frágil a la mujer que en el describes y tú la muestras desde un ángulo totalmente diferente y que es en sí su cara real (solo los que han tenido la desgracia de conocer desde dentro la realidad que describes no tendrán dudas de que no es fragilidad sino una fuerza enorme el que ella sepa seguir adelante tragando todos las desgracias infinitas sin envenenar su corazón de la ponzoña del odio y de la venganza). Y de nuevo la crítica social en tus versos. Una crítica a la tan fuertemente arraigada mentalidad “entre más le pegue es que el MACHO más la quiere” (una mentalidad que se sigue transmitiendo mediante anuncios, películas o música que a mí me pone los pelos de punta cuando veo los iconos de conducta para las chicas y chicos jóvenes que tendrán que educar a mis hijos también un día. Los celos y el control absoluto son vistos como muestras de amor, entre otras cosas totalmente enfermizas). Me encanta que hayas elegido el vocablo “macho” y no hombre. Ojalá las chicas fueran más conscientes de la diferencia abismal entre una y otra definición. El final te rompe el corazón del todo. Uno entiende que la sociedad a pesar de ser un ente vivo es más bien un ser falto de corazón en los momentos de suma necesidad, pero lo que te destroza es que los hijos que partieron se olvidaron de la que los sacó adelante SOLA. Ni un día más quiere esta mujer que siga latiendo su corazón, y no hay nada como sentir la desesperación de un alma que halla reposo y alivio tan solo en la muerte. Es un poema que te atropella y de deja hecho añicos.

    “Miradas despiadadas” es una doble crítica brutal y despiadada tanto de la inmadurez mental de la mujer que cae en sus propias trampas hacia una perdición sin retorno. (Una inmadurez cuyos orígenes pueden ser muy interesantes de observar también y tienen su razón de ser, normalmente unidas a una falta de autoestima real a pesar de la imagen que se quiera transmitir y a la necesidad humana que se puede volver patológica también de sentirse amada o por lo menos aceptada entre un grupo de iguales que siempre la han rechazado o simplemente jamás la hayan amado siquiera en el nido familiar). Y una crítica social también que solo sabe soltar palabras de aviso o consejos pero sin poseer voluntariamente herramientas de ayuda para la actuación real y tan necesaria. La mujer se “convirtió en mendiga, así pasó MUCHOS años…” (los puntos suspensivos son desgarradores aquí son un grito imposible de omitir ni para hacer oídos sordos) “Murió, flaca, enferma, VENCIDA debajo de un puente con la falda MUY arriba.” (otro final desgarrador tanto por las circunstancias vitales en los que vive sus últimos años, por el lugar y el estado en que se enfrenta a la muerte pero también por el sentimiento de pérdida. De perder en la lucha constante más allá de las batallas con la sociedad, sino la guerra consigo misma. De saberse insatisfecha en el logro de unos sueños que jamás pudieron acercarse a la realidad. El vocablo “vencida” es demoledor.

    Los últimos dos poemas son toda un himno que invita a la mujer a ser como es ya de por sí, pero en vez de agachar la cabeza por su idiosincrasia, que la levante sin miedo, sino con orgullo al ser consciente del papel y del poder tan importante que tiene de dar vida, de iluminar la vida propia y ajena, llevando la paz y el amor a cada rincón, amando la vida y al género humano con todos sus sinsabores que ella tan bien sabe enfrentar con valentía, ternura y sacrificio, con el corazón libre y planeando siempre en las alturas de la esperanza, la fe y el ideal de que si puede existir un mundo mejor, ella sería un punto clave del engranaje.

    Un enorme placer haber leído tus versos hoy, Omaira!!

    Te abrazo en la distancia, me has regalado mucho amor y esperanza con tus estrofas!

Déjanos tu comentario