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La verdadera tierra de ensueño

Josué Ganem

 

Siento algunas veces que la soledad

es mi única compañera.

Siento en ocasiones que

si hiláramos más amor

y menos odio de clases

nuestra visión del mundo

fuera más certera.

 

En momentos pienso que el consuelo mío

se encuentra atrapado dentro de mi ciudad

una que promete construir las calles

de mis sueños con cemento,

sin tener en cuenta que mi ilusión

es dibujar puentes amarillos

de oportunidad.

 

Camino bajo los rayos de su sol del mediodía,

que me abrazan con su fogaje humano.

Él es el único amigo que me recibe dentro

de este lugar con gente fría,

que se arrodilla ante estrellas más grandes

que prometen futuros en vano.

 

La ciudad desprecia lo diferente que soy

ve con rareza mis ideas supuestamente abstractas,

con las que quiero mejorar lo que es hoy

la ciudad me da la espalda

y me estira manos que en realidad son falsas,

pero en lo profundo de mis esperanzas,

sé a dónde voy.

 

El día de hoy me voy a escapar

de mi inmerecida realidad,

voy a ir a la verdadera tierra de ensueño

donde en verdad me vayan a amar.

 

El día de hoy mis alas voy a usar

para empezar de nuevo y personas

como yo encontrar,

voy a ir a la verdadera tierra de ensueño

donde nunca me van a olvidar.

 

Es difícil creer, que afuera hay oportunidades

es difícil creer en un sueño,

si al final los requisitos para cumplirlo

son según tus amistades.

 

Al menos si cumplo mi sueño,

la ciudad desde su ego de mí se enorgullecerá

sus líderes de mis logros se volverán dueños

y con el pasar de los años la gente

mi nombre olvidará.

 

El día de hoy me voy a escapar

de mi inmerecida realidad,

voy a ir a la verdadera tierra de ensueño

donde en verdad me van a amar.

 

El día de hoy mis alas voy a usar

para empezar de nuevo y

personas como yo encontrar

voy a ir a la verdadera tierra de ensueño

donde nunca me van a olvidar.

 

Desde lo más alto del cielo

de la villa puedo mirar

como las ideas viejas con las que crecí,

mis letras nuevas de mi papel

no pueden borrar.

 

Las caricias de las nubes sonríen

al ver mi plan,

ellas consienten mis pensamientos

sin tener interés o algún afán.

Las voces llenas de escepticismo

al fin dejo de escuchar

mi triste alma condenada

al fin se comienza a liberar.

 

Veo desde una ventana el último

pedazo de mi supuesto hogar

mi corazón enciende de nuevo

la fe que ya tenía perdida,

y la paz total me vuelve a acompañar.

 

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1 comentario en «La verdadera tierra de ensueño»

  1. Josué, qué alegría volver a leer tus versos que abren con un corte limpio de bisturí la imagen de la ciudad, una sinécdoque de la actual sociedad.

    Me ha faltado solamente la música de fondo y una voz rasgada para sentir en todo su esplendor tu poema- canción que tiene hasta su propio estribillo. Un estribillo de dos estrofas llenas de mucha emoción y que le hacen justicia al título con que has elegido encabezar tu poema.

    Me encanta el paralelismo sintáctico entre las dos estrofas del estribillo. Más allá del ritmo que marcan y la musicalidad, destaca la importancia del presente y de la decisión y sueños personales con que vivimos el día a día. El destino eterno detrás de nuestra acción diaria dentro de la marea de sinsentido y amargura de una sociedad que nos intenta ahogar, ya que «La ciudad desprecia lo diferente que soy/ ve con rareza mis ideas supuestamente abstractas, /con las que quiero mejorar lo que es hoy/la ciudad me da la espalda/y me estira manos que en realidad son falsas»

    «Inmerecida realidad», esta pastilla de lucidez conmueve y mueve a la acción a la vez. Y por si a alguien le quedan dudas cuál es la tierra de ensueño que nos merecemos, lo dejas bien claro: «donde en verdad me vayan a amar […]/donde nunca me van a olvidar.»

    Me encanta cómo estructuras y desarrollas el poema! Lo haces con una maestría envidiable.
    Primera estrofa «siento…», segunda «pienso», tercera «camino» (tres verbos de acción voluntaria que has marcado muy bien) para dar en la siguiente estrofa esta descripción tan desnuda y exacta de la «ciudad » (entiéndase sociedad); luego el estribillo que ejerce de rayos de sol y esperanza entre tanta locura de egocentrismo y egoismo, para seguir con el verbo «creer» en la siguiente estrofa.  (El paralelismo con su repetición tiene un objetivo bien distinto en esta estrofa, potenciando la desesperación acumulativa de algo tan dolorosamente real como irónico a la vez por el matiz normalmente positivo del vocablo «amistad» que aquí has cargado de una percepción bien diferente «es difícil creer en un sueño,/si al final los requisitos para cumplirlo/ son según tus amistades.»
    La imagen ilusoria y vana de un amor anunciado pero efímero de aceptación y orgullo social, que es tan solo un raptor que se apropia de nuestros logros es como una bofetada de realidad que motiva aún más no olvidarse ni desviarse de lo que debería ser nuestro destino vital, nuestra «verdadera tierra de ensueño «. Aparece el estribillo de nuevo en el momento más idóneo para cargarnos de ilusión renovada y firme. De allí, las 3 últimas estrofas son como un aire fresco, el viento del cambio que ya solo puede ir en una dirección «mis letras nuevas de mi papel/no pueden borrar», «Las voces llenas de escepticismo/al fin dejo de escuchar/mi triste alma condenada/al fin se comienza a liberar», «mi corazón enciende de nuevo/la fe que ya tenía perdida,/y la paz total me vuelve a acompañar.»

    Las paradojas («sonríen […] sin tener interéso algúnafán»), antítesis («fogaje humano»_ «gente fría») y metáforas («supuesto hogar», «las caricias de las nubes» «letras nuevas de mi PAPEL (vaya imagen más bella)», «puentes amarillos» (la imagen de los sueños petrificados cual cemento en la calzada, destinados a ser pisoteados, me ha conmovido enormemente), «si hilaramos más amor», etc. son una delicia.

    Y para terminar, el comienzo «Siento algunas veces que la soledad/es mi única compañera.» que es una personificación en toda regla, me encanta cómo vas deshilvanando la duda del lector sobre el tipo de soledad, para mostrar con tus últimos versos cargados de optimismo que estar solo no es malo mientras tenemos nuestro destino soñado al que aspirar, porque estar solo no es lo mismo que sentirse solo. Y tu poeta sabe que desencaja pero se siente a sí mismo en plenitud.

    Ha sido un enorme placer leerte otra vez, Josué!

    Un saludo cordial

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