Cuando se habla de Jane Austen, lo primero que suele asociarse al nombre de la escritora británica es su clásica y más reconocida obra: Orgullo y prejuicio. La popular novela fue publicada en 1813, en el anonimato, y recibió buenas críticas por parte de los sectores aristocráticos. Con el correr de los años, la llegada de dicho libro se democratizaría a partir de las variadas adaptaciones cinematográficas que permitieron acercar la historia a diferentes clases sociales.
Sin embargo, esta no fue la primera novela que la autora publicó. Hacia 1811, dos años antes de que Orgullo y prejuicio saliera a la luz, se lanzaba Sentido y sensibilidad: un libro que marcaría el particular estilo de escritura de Austen, desde sus comienzos. Una prosa clara con un toque de ironía, situaciones cotidianas, romances y moralismo caracterizan la manera en que la autora retrató a la sociedad decimonónica que se escenifica en sus diferentes obras.
Publicado bajo el seudónimo “A Lady”, Sentido y sensibilidad narra las aventuras de las tres jóvenes hermanas Dashwood tras la muerte de su padre: Marianne, Elinor y Margaret atravesarán una mudanza a un pueblo que las hará a entablar relación con nuevas personas, dando lugar también a sus primeros romances.
Si bien la escritora fue disruptiva por su género (en un mundo literario dominado por hombres), lo cierto es que su mirada plasmaría la cotidianidad de las clases aristocráticas del siglo XIX de un modo que no se había logrado anteriormente. A su vez, el juego propuesto a partir de la psicología de sus personajes invitó a pensar la literatura desde un punto de vista diferente del común de la época. Mientras que, por ejemplo, Goethe en Las penas del joven Werther –algunos años antes– ilustraba la angustia existencial por un amor no correspondido, Austen muestra que el apoyo entre hermanas puede dar contención a las emociones que, a veces, nos desbordan.
¿Vale la pena releer este clásico en pleno siglo XXI? Sí. Y, sobre todo, en el contexto de una pandemia. Una crítica que surgió en su momento de publicación, y persiste aún hoy, es lo entretenido del texto. La obra se compone por 50 capítulos breves que invitan al lector a seguir la historia cual telenovela de la tarde. Los romances, las idas y vueltas y los diálogos permiten apegarse a la narración fácilmente.
Sin embargo, si contás con poco tiempo para leer este libro, la adaptación cinematográfica de 1995 dirigida por Ang Lee representa a la perfección el espíritu de la obra. Además, cuenta con actores de nivel como Kate Winslet, Hugh Grant, Emma Thompson y Hugh Laurie. Cualquier acercamiento a la literatura es válido, sólo hay que encontrar el que mejor funcione para cada uno.
Muy bien llevado. Inspira a leer a la autora de esas obras o, por lo menos, a ver las producciones cinematográficas de ellas.
Gracias, Juana.
Es precisamente <> la obra que más me gusta de Austen, es una novela profunda con grandes descripciones circunstanciales de la época, la forma de vida, el papel de la mujer, la brecha entre las clases sociales y las costumbres propias del siglo XIX.