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BOCETO

Luis CampoElíaz

 

LICOR

Maldito licor, que ahogas cordura,
nublas mi razón, mil veces maldito.
Embriagas penas, fermento bendito.
Ebria es mi vida. ¡Hermosa locura!


Nada me importa ir a la sepultura,
mientras el alcohol duerma mis penas,
dope mis ansias y rompa cadenas
de recuerdos, con ligera premura.


Amainas mi penumbrosa tortura
colgada en el pecho por el delito
de robarle a tus labios su dulzura.


¡Bendito licor, mil veces bendito!
liberas mi culpa de esta amargura:
A tus labios atarme necesito.

 

 

EL TALIÓN


Veo en tus ojos la negra tristeza,
agonía en tus sombrías pupilas,
lúgubres penas que en llanto destila
dolor y la amargura que te apresa.


¿Qué esconde tu fingida sonrisa?
¿Qué oculta tu inconsolable llanto?
Una vana felicidad postiza
te abriga debajo del frágil manto
de la desesperación balurda,
hoy día clamas: — ¡la vida es absurda!
¿Dios amado, yo por qué sufro tanto?


¿Imaginas cuántas noches de hiel?
cuánta amargura falta en tus días,
sufrirás en las mares de agonías
hasta que tus penas sepan a miel.


Tu risa se baña en el sufrimiento,
sientes ahogarte en el duro lloro,
un cruel sollozo, un gemido sonoro
se pierde en el eco de tu aposento,
desgarra tu alma, incisivo tormento.
Te azota la fusta del talión,
paso a paso te enloda en el lamento
incesante, tu desolación.

 

 

LEÓNIDA

Huye por el orbe una estrella fugaz,
llevándose consigo mis deseos.
Contraria a mi voluntad, en forcejeo,
se adhieren a un corazón incapaz
de olvidar, aún en brazos de Morfeo,
el brillo de sus ojos y su tersa faz.
Concédeme un deseo alondra sideral:
llévate sus arraigados recuerdos.
Me ahoga en el lodo de este infierno
y asfixian en llanto mi vida mortal.

“Tú tomas el naipe de mis quimeras,
lo barajas lentamente, carta a carta;
una sobre otra, pensando un castillo,
armas líneas decidida a terminarlo.
Planeas un fuerte de atalaya inmensa,
naipe a naipe una torre de Babel
levantas desafiante al azul infinito,
una gigante mole con mis ilusiones
para que, tocando el cénit, soples en ella
y crees la maldita y obscura confusión”.

 

 

LA EMPANADA CON ARROZ


No hay crimen más atroz
en el mundo culinario.
Un exabrupto ordinario:
La empanada con arroz.


Profanan la sacra masa
embutiéndole un relleno,
inmerecido en su seno,
de huevo y arroz o papa.


No bastando la osadía,
dos hebras de carne o pollo
se pierden entre el embrollo
de labios, dientes y encía.


¡Cárcel a tal esperpento!
Pena máxima al delito
de mezclar en loable frito
granos, carne y condimento.

 

 

BOCETO

Una falsa fascinación   
muy fácilmente puede durar      una vida.    
W.H Auden.    


Palidece el destino en atardecer
ante el ocaso gris y a mi sufrimiento
le llueven penas y una mar de tormentos
rebosante en recuerdos de esa mujer.


Adormitados los luceros nocturnos,
hurta destellos el obscuro infinito,
hiela el futuro penumbroso y maldito
fuente de mi pensamiento taciturno.


Despunta la alborada entre neblinas
densas y heladas que opacan el día,
internándose en grutas clandestinas
infestadas de sórdidas jaurías.
Acechando a la sombra vespertina,
pago nuevamente mi triste osadía.


    “Es sólo un boceto, no es todo el cuadro terminado”.

 

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1 comentario en «Boceto»

  1. Buenos poemas, Luis Campo Elías, me parece que, el sabor de un poema con rima, aunque sea difícil, es diferente al poema de verso libre. Creo que el sabor es semejante a la «Empanada con arroz» nariñense ?? FELICITACIONES.

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