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AL DESPERTAR

Luis Alcides Aguilar

 

A ti, a tu sonrisa

 

Imantada la mirada,

que a su atracción responde

inspirando, como el contagiar inesperado

de mediodía silenciosa al sonreír.

 

Talladas piernas,

acompañan también, al compás de sus encantos,

persiste con la armonía y la luz irradiada de su loca alegría,

alegría de vida y juventud.

 

Sonrisa… Plena, constante,

cautivadora y coqueta

que regocija, cual chispa de juegos pirotécnicos

en fiesta decembrina.

 

 

¡Aquí estoy mujer…!

Paladeé sus besos,

tan ansiosamente como degustar

un sorbete con maní y chocolate.

 

Recorrí suavemente con mis manos,

su larga, perfumada y negra estructura pilosa,

es besada por el viento, de quién siento celos.

 

¡Aquí estoy mujer…!

No busques tanto, donde tanto te confunde.

 

¡Aquí estoy mujer…!

Con un colorido manojo de rosas; aunque sé que

ya, las rosas y los “te quiero” sincero,

son menos halagadores que las mentiras.

 

 

Al despertar

En medio del canto de las aves… pájaros de mil colores

intermedio del dulce sueño… sueño de vaivenes,

goce de dioses.

 

El aroma a café de mañana

alerta los sentidos y está presente en lo urbano

la sensación de pernoctar en el campo.

 

Naturaleza añorada, amada de amplio verdor,

canto del gallo al compás con el tamborileo

del pájaro carpintero, el arrullo de la tórtola, el bullicio y entre vez

silencioso del pitogüe;

¡Ya!…Más tarde en aletear del colibrí.

 

En el somnoliento pensamiento matutino

aflora la impresión del privilegio citadino por la sinfonía de las aves.

 

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2 comentarios en «Al despertar»

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