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LO QUE QUIERO

Frai Sabournin Osorio

 

Me deje perder

Fue solo verla y mi pulso se tornó frenético e irreverente.

No fue un simple vistazo, fue como meterme en su mundo

 y creer saber todo de ella.

La conocía de toda la vida.

Fue solo verla, sentí como mi cara se volvía un poema,

un libro abierto de emociones que,

aunque comunes de repente, parecían extrañas.

Y de repente el mundo era solo ella, la razón para despertar

 y también para dormir.

 

La razón para esperar el tiempo necesario sin saber el por qué.

Fue solo verla y comencé a darle un sentido muy mío

a todo cuanto hacia o decía; cual Santo Grial

para los vacíos de esta alma despoblada,

pasó a ser lo que más quería en cuestión de segundos.

Me quedé repitiendo en bucle esa sensación, no quise despertar.

Fue solo verla y me deje perder en el vicio de querer

aunque no sea correspondido.

 

 

Me provocas

Me pinté una sonrisa pícara y sincera

que ha abierto las puertas a los corazones más crudos.

Sé que no la ves, así he querido que sea,

así como de serio me ves, de feliz estoy

por saberte parte de mi vida.

 

Así de feliz por sentir la rubocidad que me abraza

cuando cierro los ojos o dejo perder la mirada hacia tu horizonte;

el acalorado rubor que provocan las irregulares líneas de ti, de tu cuerpo.

 

Me dibujé un rostro de caballero serio y vigilante,

con una armadura de acero que se deshace

al ver que enredas un mechón de cabello en tus dedos

y te muerdes sutilmente los labios.

 

Y toda mi obra de arte con aires de metálico guardián

se desvanece cuando por fin llegas junto a mí;

entonces me vuelvo corazón y lato por los dos

con todas las buenas y picarescas intensiones.

 

 

Lo que quiero

No quiero ruidos, quiero melodías.

No quiero miradas, quiero abrazos apretados.

No quiero sonrisas, quiero las lágrimas que brotan

cuando de tanto amor que llevas dentro te brota

como cristalinas gotas de rocío por los ojos.

 

No quiero que vuelvas, quiero que te quedes,

como si fuera yo el destino de cada viaje que emprendas.

No quiero caricias, quiero que al tocarme sientas

que mi corazón está en cada parte mi cuerpo que toques,

como si fueran tus manos quienes dan vida a cada latido.

 

No quiero palabras, de esas ya tengo muchas,

tantas que no se combinarlas cuando te acercas; quiero complicidad.

No quiero salud, quiero enfermar crónicamente de ti,

morir cada noche a tu lado y revivir cada mañana feliz de saberte mi cura,

mi vida, lo que quiero.

 

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2 comentarios en «Lo que quiero»

  1. ¡Me encantó Frai! Especialmente «Fue solo verla, sentí como mi cara se volvía un poema» ??? creo que yo también lo siento a menudo…
    Saludos desde México ?

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