Quien merece amor…
La vida hizo caso omiso a los meses,
a las vueltas al sol, para permitirle ser esencia de virtudes mientras trataba de vestir con encumbrados esfuerzos sus mañas ante las constantes provocaciones cotidianas.
(Santiago de Cuba, Cuba. 1992). Licenciado en Educación en las especialidades de filosofía e historia por la Universidad de Oriente. Se desempeña como profesor de ambas especialidades en dicha institución. En otra arista de su vida profesional es titulado como director de programas de radio y locutor de radio y televisión, ejerciendo la segunda en dos emisoras locales. Escribe poesías, cuentos y reflexiones de forma autodidacta desde los 15 años de edad.
La vida hizo caso omiso a los meses,
a las vueltas al sol, para permitirle ser esencia de virtudes mientras trataba de vestir con encumbrados esfuerzos sus mañas ante las constantes provocaciones cotidianas.
A un beso de proximidad es la distancia, el tiempo que vuelve caos mi cordura y ordena la revolución caótica de viajar en este moderno coche sin saberte cada segundo a mi vera.
No quiero salud, quiero enfermar crónicamente de ti, morir cada noche a tu lado y revivir cada mañana feliz de saberte mi cura, mi vida, lo que quiero.
No podemos amar cuando condicionamos el cariño de los demás; estamos corriendo el riesgo de sembrar también un poco de rencor, un poco de irreverencia, un poco de: te quiero, pero…
Por primera ocasión dejo que veas y sientas mi tristeza, estoy tan cerca de la imperfección que se notan las ansias de tenerte bien cerca para caer desfallecido en tu ternura…
Tercera foto; tu particular proceder atrae a todos en la justa medida, como sabiendo cuándo decirte un chiste o un simple buen día. ¿Cómo lo logras? A veces el público se comporta de forma tan irracional que dan ganas de encargarte la fórmula para la cordura.
Perdona si te enjuicio de esta manera, es cierto, no eres del todo mala pero tampoco serás siempre buena, como si fueras una humana cualquiera, nunca podrás quedar bien con todos.
Se quedó a mi lado sesenta segundos que parecieron días, meses, años. En solo sesenta segundos creí conocerla más que a nadie.