ESPEJO DE REFLEXIÓN
Josué Ganem
En las ruinas de tu mente
¿Cuántas personas nos amaron e ignoramos?
¿Cuántas quisimos y nos desecharon?
Tan distraídos estábamos que no pensamos.
Recorrimos lentamente las paredes de nuestra habitación
buscando moralejas en las esquirlas de la decepción
¿Cuánto tiempo se nos pasó?
Algún momento ese lugar deseado, soñará con tu presente
hasta que en las ruinas de tu mente
encuentres paz.
En alguna oportunidad, romperás las condenas de las heridas
hasta que en las ruinas de tu mente
el dolor se vuelva fugaz.
Nos levantamos en el cosmos de la realidad,
siendo astronautas guiados por una verdad,
en millones de galaxias donde las mentiras son agujeros negros sin piedad.
Nos frustramos por la amarga sensación de una traición
y sin darnos cuenta siempre escogimos la peor opción
¿cuánto tiempo se nos pasó?
Algún momento ese lugar deseado, soñará con tu presente,
hasta que en las ruinas de tu mente
encuentres paz.
En alguna oportunidad, romperás las condenas de las heridas,
hasta que en las ruinas de tu mente
el dolor se vuelva fugaz.
Porque la gente cree, que el dolor se marcha y se esfuma por siempre,
pero en realidad las cenizas quedan
mientras los pensamientos y miedos tu corazón envenenan,
Y ni encontrando el origen de la felicidad, tus vacíos se llenan.
La Ciudad Soñada
La noche de naranja se pintó.
Las desoladas calles, acompañadas con pobres luces amarillentas,
cada esquina de ellas
Con una falsa compañía a la soledad consoló.
Las nubes y los truenos, parecían furiosos con la ciudad,
mientras que esta, inmersa en las apariencias y el qué dirán
descansaba entre las fundas de la pasividad.
El fogaje infernal infestaba cada una de las casas,
pero refrescaba aquellos hogares, donde lo material superaba
El convivir de las masas.
El barrio rico era el más pobre.
Había poder, oro y lujos,
pero no existía el dueño de un lugar
donde la unión prospere.
El barrio humilde era el más usado,
en tiempos tensos y de interés le acompañaban
pero al final de estos quedaba despreciado.
En la ciudad no se veía avances en ética ni razón,
solo simples edificios y puentes sin sentido
que la gente promulgaba como innovación.
La pintaban como una metrópolis construida desde el orgullo,
aunque nadie del común fue dueño de esta
Y solo se alimentaron de falsos profetas y del murmullo.
Las nuevas generaciones migraban.
A veces sus ideas y actitudes
con el imaginario social no compaginaban.
Y aunque todo lo verde se destruía
Eran pioneros y artistas
Que exaltaban la ecología.
Una ciudad paradisiaca y donde cualquiera de ella quedaba enamorada.
Fallaba la electricidad,
no existía libertad de personalidad,
carecía de educación,
había mordazas en la libre expresión
Pero de todas las ciudades existentes, para sus habitantes era la más envidiada.
Espejo de reflexión
Sin escape estoy
esperando que alguna luz en mi penumbra
ilumine el destino a donde voy.
En un trayecto que alguna vez conocí,
pero que la distorsión de mis vicios y errores
limitaron al hombre bueno que alguna vez fui.
Desesperanzado, en busca de un grano de ilusión ando,
en la desértica acera de una fría sociedad
donde sin piernas y mapa voy caminando.
Teniendo de acompañante el reflejo de mi espejo
que solo se ríe de mí y asimila
la muestra de un cerebro maltrecho.
Desenfundando cada pedazo de mi alma
que está raptada en mi cuerpo
un lugar donde ya no existe calma.
Solo existe impotencia por el pasado que aconteció,
Que oscureció el día
Y que el despertar de una digna mañana desvaneció.







(Montería, Córdoba, Colombia. 2000). Estudiante de Comunicación Social y Periodismo, Universidad Pontificia Bolivariana.
¡Excelente Josué! Gracias por compartir tu talento ??☺️
Demasiado bueno Niky??que Dios te permita seguir haciendo lo que amas por muchos años ?? abrasitos ❤️