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LA DESPEDIDA

Elisabetta Bagli

 

¿Sientes, oh viento,

cómo su aliento se apaga

entre los escombros ya vencidos?

 

¿Sientes, oh mar,

cómo su velero va

más allá de los límites del horizonte?

 

¿Sientes, oh tierra,

qué escalofríos se levantan

en la piel ya marchita?

 

¿Y tú, oh agua,

te sientes mareada

sólo mirándole en tu espejo?

 

¡Qué sepan que solo el cielo conoce

cuántas son las estrellas mudas,

visibles solo para el Ángel

que anunciará la despedida!

 


 

Il congedo

Lo senti, oh vento,

come il suo fiato si spegne

tra le macerie ormai vinte?

 

Lo senti, oh mare,

come il suo veliero si spinge

oltre i limiti dell’orizzonte?

 

Lo senti, oh terra,

quali brividi si innalzano

sulla pelle già avvizzita?

 

E tu, oh acqua,

ti senti stordita

solo fissandolo nel tuo specchio?

 

Sappiate che giusto il cielo conosce

quante siano le mute stelle,

solo visibili all’Angelo

che annuncerà il congedo!

 

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4 comentarios en «La despedida»

  1. Elisabetta, qué evocación de los elementos naturales más dolorosa, cual arañazos escurridizos tras intentos fallidos de asir lo inasible y así poder conservar parte de lo tangible del ser amado que se pierde para siempre.
    Has empezado por lo etéreo, el aire (lo mejor e inmortal de la esencia humana es desde luego como el aire, te refresca o enardece con unos soplos de palabras que se graban en la memoria y que son la única forma tangible a veces del amor, la amistad o la lealtad; los suspiros, la respiración acelerada o relentizada de cuando algún sentimiento indescrptible se adueña de nuestro cuerpo…nuestra esencia es etérea), para seguir por el mar ( a mí me apasiona el elemento del agua en todas sus formas, la fluidez y constancia con la que es capaz de escarbar y dar forma bella a las rocas más duras, capaz de crear desfiladeros de vértigo que te invitan a observarlos incansablemente. Nuestro cuerpo es agua, agua sin la cual nuestros pozos se resecarian con tanta rapidez que acabarían en unos escasos días hasta con nuestra lucidez. ) la tierra ( me encanta que la hayas puesto en la cola, este cuerpo, esta tierra que en vida necesitamos tanto mimar y acariciar, porque es la caja contenedora de los universos más bellos e infinitos). La tierra se queda en medio para terminar con el orden inverso, agua y cielo. (Este agua curadora y sanadora de nuestras heridas abiertas y que encuentra su salida por lis espejos del alma, los ojos). Es curioso, que cuando acabamos perdiendo a algún ser amado, es la noche estrellada nuestra mejor compañera para consolar el alma atormentada…

    Tu poema es especialmente emotivo, nadie se acaba librando del Angel de la muerte, para algunos un ángel tras un sufrimiento infinito en este «mar de lágrimas», para otros un demonio infernal ya que les priva de todas sus alegrías concedidas por la fortuna!!

    Gracias por compartir!e

    1. Gracias a ti, Veli querida. Para un escritor, un poeta es verdaderamente importante poder entrar en el alma de sus lectores y generar en ellos todos estos sentimientos y pensamientos. Grazie di vero cuore

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