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EL ADÁN DEL SIGLO XXI

Javier Quiñonez Quiroz

 

¿Por qué llamarla Eva?

¿Quién le dio ese nombre?

¿Por qué no nombrarla con otros nombres?

Así el edén las habría perdido a todas

y no tendríamos que buscar

el paraíso perdido en páginas antiguas.

Mujeres, si se atrevieran a mirar mi corazón,

hallarían a la luna naciendo en sus miradas

y al sol del medio día en sus ojos edénicos.

 

¡Mujeres!

Luchen, rían, canten, bailen y vuelen.

Conquístense, para que conquisten todo.

Estoy dormido en un letargo primigenio,

rompan de nuevo mi infancia adánica,

mis días ingenuos mirando las calles,

este castigo convertido en virtud.

 

¡Mujeres!

Quiero probar de nuevo el pecado,

saborear la tarde en una mañana

y la libertad en un mango maduro.

Maten esta sombra que ahora soy.

Abran de nuevo mis ojos, ¡os ruego!

 

¡Mujeres!   

Sueñen para que la realidad se absorba

en sus sueños de orugas y mariposas.

Mujeres de todos los colores

de todos los cuerpos y estaturas

de todos los aromas y sabores,

libérenme de nuevo.

Tomen las manzanas, los limones,

el fruto que sea, tengo hambre y sed

de volver a vagar por la tierra.

 

Gracias le doy a Dios por las mujeres,

porque ustedes son la libertad y la vida,

y me postro ante él, por crearlas y darme

estos ojos antiguos que las observan.

 

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1 comentario en «El Adán del siglo XXI»

  1. ¡¡Vaya celebración y aclamación más alentadora de la mujer!! Que alguien pueda observarla con «estos ojos antiguos» para festejarla y animarla de este modo renovado a que vuela alto «Conquístense, para que conquisten todo» es extraordinario. La manera de enlazar el sentir propio, llamando su atención sin rogar desesperadamente, sino invitándolas osadamente, animándolas a ser ellas mismas para acercarse al poeta es realmente atractivo., El modo de iniciar y terminar el poema con lo divino…es muy bello y místico, ya que a pesar de la falta de comprensión inicial con las preguntas retóricas, el poeta acaba celebrando de nuevo la creación del Creador. Desde luego, no hace falta entenderlas para gozar de su compañía y de su esencia. El poeta muestra una madurez y una jovialidad juguetona junto con la osadía característica de los poetas más jóvenes, una extraña mezcla de personalidad que atrae.

    El poema suena casi como un himno, como una llamada a la acción, una acción que deja en las manos de las «Mujeres de todos los colores

    de todos los cuerpos y estaturas de todos los aromas y sabores», pero una acción a la que las invita de un modo memorable!

    Me ha encantado!!

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