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ESE CABELLO NEGRO LARGO

Cristian Castro Silva

 

Qué maldita distancia

Mi amor por ti es tan magno como la inmensidad que nos separa,

que malditas son las distancias,

miro tus ojos inertes, en fotos estriadas

y mi alma se desangra en lágrimas desdichadas,

 

Trataré de dormitar el mayor período posible,

sin ver el perverso reloj con su tic tac temible,

quizá el tiempo avance si no estoy consciente,

pues si así sigo especulando, me volveré demente.

 

Quiero seguir soñando contigo mi hurí hermosa,

pensar que estoy contigo en una faena libidinosa,

pero esta maldita distancia, se ha vuelto amigo,

toma vino y fuma un habano en la mesa conmigo,

 

Esos tragos agrios me ven caer y sueño rendido,

si tan solo una aurora podría despertar contigo,

si la resaca fuera a tu lado, estaría enaltecido.

 

Tendría trovas y poemas, para tu lindo perfil,

adornando una cama de pétalos, sería tu alfil,

te vestiría con ropa transparente color marfil,

maldita distancia, me censura a no gozarte a mil.

 

Maldita distancia de no poder ni mirarnos

y no poder gozarnos como seres humanos profanos,

dormiré con mis odios internos hoy, por no tenerte,

sufriré en mis temores ardientes, por miedo a perderte.

 

 

El poema del adiós

He perdido muchas cosas,

ya no tengo nada más que perder,

si me preguntan si tengo miedo a la muerte,

no estoy seguro que responder…

 

Cuando alguien ya no le teme a nada,

cuando tu ser solo vive en una almohada,

significa que vives más tiempo

en el subconsciente abrazador de una noche alucinada…

 

No tengo miedo a la muerte,

no tengo miedo a la vida,

vivo en un limbo descolorido,

de dónde no temo ser despedido.

 

Me abraza la ternura del llanto reconciliador,

me consuela la tibieza de la lágrima de perdedor,

liberarme de este sueño infinito

que hace de los Minutos mi cruel torturador…

 

Amé a la vida en los tiempos de arcoíris coloridos,

hoy la soporto pasando saliva y oyendo alaridos,

mi vida termina en cada madrugada e inicia en cada amanecer,

le tengo mucho miedo al futuro que no me debería de pertenecer,

 

La vida es una película de la que crees ser actor destacado,

pero cuando pasas la mitad descubres ser un observador fracasado.

Sé lo que eres, sólo con tus letras

Las letras brotan de mi ser,

como el extracto de los sentimientos que me envuelven, 

Solo brotan, no las empujo y con esas letras miras en mi interior,

como nadie podría hacerlo mejor,

 

Léeme, soy para ti lo que necesitas saber,

cada palabra de cada poema, es una estrella que está en el cielo de mi mirada,

 

Mi iris, es el centro del universo que grita

en un agujero negro por tenerte en su médula

y absorberte a través de una profunda contemplación,

 

Te amo con mis letras, te amo con cada palabra

mujer desagradecida y casquivana, que destroza mi existir

y me fragmenta el alma en cada mentira que puede decir,

 

Desdichado es el amor, horrible es el amar,

cuando pagas con palabras de pasión, la desdicha de vivir,

solo para ver tu ser, mi apego rechazar,

 

Quisiera poder pagarte con la indiferencia de mi ausencia,

que sólo lo lograría con la muerte que impacienta,

pero valgo mucho para darte esa lección,

 

Sufrirás cuando nadie con cariño te envuelva más,

en palabras que nunca a nadie más inspirarás…

 

 

Ese cabello negro largo

Un peligro azabache, es cuesta de codicia insaciable,

el deseo inicia en tu cabello dulce de olor masticable,

y empieza en esas hebras una loca fiebre inestable,

mueven mis manos esas jiras de apetencia afable…

 

Me pierdo en placer si mi rostro encaja en tu cuello,

ese azabache de tus hilos ardientes coge un destello,

si entro en tu ser, siento tu fragancia y tu resuello,

amo la sonrisa que escolta el telón de tu cabello…

 

Esto es desmedido en lujuria y mis sentidos alternas,

me miras desde alto y tus cabellos rosan mis piernas,

gozo al ritmo de tus caderas, con ellas me gobiernas,

tu cabello cae sobre mí y quitas tus briznas tiernas…

 

Exijo probar tu esencia, tus otros labios, no desdeño,

el aroma a café delirante de tu cuerpo es de ensueño,

de ese declive dulce que esboza tu cuerpo me adueño,

curvas cubiertas por cabello yo las beso con empeño,

 

El instante es imperecedero en indagar todo tu ser,

en cada oscilación y gemido me das colosal placer,

esto tendrá que acabar, pero déjame aun enloquecer,

tenemos una mutua convulsión que hace humedecer,

 

Todo acaba lento, somos un caudal de sudor disperso,

me miras y me sonríes si acaricio tu semblante terso,

pero es tu cabello negro, largo y bello como universo,

que forjó crear este singular, sensual y sexual verso.

 

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