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HAY HOMBRES DE HOMBRES

Siboney del Rey

 

Mujer, dile no a la violencia

Mujer:

No calles la violencia, el miedo y el sufrimiento.

¡No lo calles!

No escondas esas lágrimas,

que encierran tanta amargura y dolor.

No ocultes el infierno que rodea tu hogar,

con un marido de conducta errada y de lo peor.

 

¡Sana tu alma y rescata tu amor propio!

Levanta tu frente y rebélate ante la rabia,

la injusticia y el horror.

En vez de perfumarte de flores,

o llenarte el alma de mil amores,

ese hombre te hiere con ofensas, gritos, golpes…

¡Qué bajeza tan atroz!

 

Mujer:

Ármate de fuerza y de valor.

¡La violencia tienes que enfrentarla!

Libérate las cadenas del maltrato,

y del machismo que nos dominan hoy.

 

El hombre que ama a una mujer,

ni con el pétalo de una rosa,

jamás la hará perecer.

El hombre que ama a una mujer,

la venera y la respeta desde el templo de su querer.

 

Mujer, no tengas miedo.

¡Dile no a la violencia y denuncia al agresor!

Quienes estamos contigo no te dejaremos sola,

porque Dios y la justicia están a tu favor.

 

 

María Magdalena, la heroína del pueblo

Hermana.

Amiga.

Camarada.

Lideresa.

Filántropa.

Consejera.

Humanista.

Sabia.

Sanadora.

Sensible.

Maestra.

Guía espiritual.

Perseverante.

Revolucionaria…

 

¡Eso eres y mucho más, María Magdalena!

 

Estás al lado de los que sufren y lloran.

De los hambrientos,

de los oprimidos,

de los pobres,

de las viudas y las madres solas,

del desesperanzado,

del enfermo,

de las niñas y niños huérfanos,

del indigente,

del sexodiverso,

del explotado,

de la juventud sin rumbo,

de los nadie,

de los invisibilizados…

 

Solamente una sociedad clasista,

patriarcal, misógina y excluyente;

llevan por delante el capital.

¡Se enriquecen día a día a costa de los demás!

 

Con tu voz y tu proceder valiente,

los enfrentas con la verdad.

Ese pueblo arrinconado a la nada,

es quien te sigue y te aclama:

Porque eres su madre,

protectora y guía.

 

Tienes enemigos y te atacan,

te asedian,

te reprimen,

te vulneran…

¡Eres más fuerte que la piedra!

Te señalan de mal ejemplo,

de demonia,

bruja,

bandolera,

prostituta,

revoltosa,

perversa,

inmunda,

desalmada…

¡Y así nos lo hicieron ver en la historia de la humanidad!

 

Con el histórico poder patriarcal,

te dieron a conocer así.

Pero tu fuerza es poderosa

que acompañaste a Jesús de Nazareth

a predicar la buena nueva,

a servir a los pobres,

a convivir con los condenados,

a sanar enfermos,

a trabajar por la paz y la justicia,

a irradiar luz en las tinieblas,

a obsequiar una sonrisa al triste,

a visibilizar a las mujeres,

a reivindicar las nobles luchas…

 

Por eso María Magdalena,

fuiste escogida por Dios Madre y Padre,

para llevar amor a la humanidad

y demostrarles a esos enemigos,

que el bien triunfará siempre sobre el mal.

 

 

Quienes luchamos por un mundo mejor,

seguimos tus huellas y estar al servicio del Señor,

y del pueblo.           

 

 

Hay hombres de hombres

A Fidel Antillano, mi esposo

Hay hombres de hombres que saben amar y valorar a una mujer.

Llevan luces y estrellas en sus ojos,

                                                   brazos,

                                                   sonrisas,

                                                   manos,

                                                  piel,

¡Hasta en su presencia!

 

Florecen en primavera, verano, otoño e invierno.

Ríen y lloran.

Con sus palabras de ánimo

te fortalecen y te consuelan,

te dan valor para que salgas adelante,

y como buenos amigos,

también son nobles maridos,

excelsos hijos,

respetados camaradas,

amados hermanos

¡Y hasta fieles creyentes!

 

Hay hombres de hombres, que están contigo en las buenas y en las malas.

Tienen fe en sus sueños

y te ayudan a salir adelante.

 

Son portadores de la   paz,

                                   esperanza,

solidaridad,

justicia,

optimismo,

perseverancia,

rectitud…

 

Con un beso que te dan          en la frente,

                                               en el rostro,

                                               en los labios,

                                               en los ojos,

                                               en las manos…

Te hacen sentir una mujer      valiosa,

                                               amada,

                                               especial,

                                               comprendida,

                                               digna…

Porque en cada beso,

repara las grietas o los pedazos rotos que quedaron esparcidos,

en alguna circunstancia terrible de la vida.

¡Y te hacen renovada por fuera y por dentro!

 

Hay hombres de hombres que ríen y te invitan a jugar,

Porque relucen la niñez que llevamos por dentro.

Juntos disfrutamos comer helados y caramelos,

O buscamos el tobogán, el tren o el columpio de los sueños.

¡Hasta jugamos “La ere” o el “Palito mantequillero”,

y cuando ganamos, nos estremecen con ese beso

¡Un beso con sabor a gloria!

Hasta ellos se conmueven con las caricias,

de la mujer que aman desde lo infinito.

 

Hay hombres de hombres que son nuestros héroes

y de verdad, lo admiramos.

Son indetenibles con el pasar del tiempo.

Envejecen a nuestro lado y nos transformamos en eternos jóvenes.

 

¡No hay manera ni circunstancias de frenarlos!

Y la gente te irá preguntando:

¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo lo lograste?

Sinceramente,

uno de esos hombres se encuentra acá a mi lado

y juntos, tomados de la mano,

construimos la vida que el tiempo nos obsequió.

 

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