Hay hombres de hombres
A Fidel Antillano, mi esposo
Hay hombres de hombres que saben amar y valorar a una mujer.
Llevan luces y estrellas en sus ojos,
brazos,
sonrisas,
manos,
piel,
¡Hasta en su presencia!
Florecen en primavera, verano, otoño e invierno.
Ríen y lloran.
Con sus palabras de ánimo
te fortalecen y te consuelan,
te dan valor para que salgas adelante,
y como buenos amigos,
también son nobles maridos,
excelsos hijos,
respetados camaradas,
amados hermanos
¡Y hasta fieles creyentes!
Hay hombres de hombres, que están contigo en las buenas y en las malas.
Tienen fe en sus sueños
y te ayudan a salir adelante.
Son portadores de la paz,
esperanza,
solidaridad,
justicia,
optimismo,
perseverancia,
rectitud…
Con un beso que te dan en la frente,
en el rostro,
en los labios,
en los ojos,
en las manos…
Te hacen sentir una mujer valiosa,
amada,
especial,
comprendida,
digna…
Porque en cada beso,
repara las grietas o los pedazos rotos que quedaron esparcidos,
en alguna circunstancia terrible de la vida.
¡Y te hacen renovada por fuera y por dentro!
Hay hombres de hombres que ríen y te invitan a jugar,
Porque relucen la niñez que llevamos por dentro.
Juntos disfrutamos comer helados y caramelos,
O buscamos el tobogán, el tren o el columpio de los sueños.
¡Hasta jugamos “La ere” o el “Palito mantequillero”,
y cuando ganamos, nos estremecen con ese beso
¡Un beso con sabor a gloria!
Hasta ellos se conmueven con las caricias,
de la mujer que aman desde lo infinito.
Hay hombres de hombres que son nuestros héroes
y de verdad, lo admiramos.
Son indetenibles con el pasar del tiempo.
Envejecen a nuestro lado y nos transformamos en eternos jóvenes.
¡No hay manera ni circunstancias de frenarlos!
Y la gente te irá preguntando:
¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo lo lograste?
Sinceramente,
uno de esos hombres se encuentra acá a mi lado
y juntos, tomados de la mano,
construimos la vida que el tiempo nos obsequió.