Par de cristalinas copas eran adornos
en la rústica mesa, burbujeantes gotas
de champagne al interior caían; ¡rebosantes!
Vertían los bordes como silenciosas cascadas
fluyendo el éxtasis del sueño esperado.
Chispeantes pizcas saltaban
cruzándose en el espacio ante miradas
ansiosas de dos seres en espera,
el uno, de muchas preguntas,
mientras el otro, en espera de una respuesta.
Lo anhelado ocurrió, la felicidad invadió el ambiente,
dos copas al aire impulsadas, el frágil sonido al chocar
perpetuaron el eco de ondas peregrinas,
al compás de miradas que, entre sonrisas,
pacto de floreciente relación sellaban.
Sorbo tras sorbo paladeaban
mieles de infinito amor,
no disminuía el contenido de cada copa
a pesar de la avidez con que labios impetuosos
en vano trataban de sofocar
incandescentes pavesas
avivadas con amorosos susurros.
Desacertado movimiento fracturó
el frágil y cristalino cáliz, por cada fisura
escapaba poco a poco el champagne de la fe,
Penumbras borrascosas debilitaron
el sacro y efímero pacto.
Cristalinas copas manchadas por el tizne de la duda
dejaron escapar furtivas gotas diluidas en el viento,
a la vera, rastros y cenizas de pétalos machitos,
pétalos inertes, ni el ímpetu de mil primaveras
jamás podrían revivir simientes de la voraz perfidia.
Felicitaciones poeta mil abrazos
Altamente agradecido por sus motivantes mi estimada Poetisa. Afectuoso abrazo