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CÓMO DUELE SU DOLOR

Magda Liliana Plazas

Cómo duele el alma, el corazón y la vida. Cómo duele verlo tapar sus oídos cuando algún sonido cotidiano carcome sus tímpanos.

Cómo duele verlo girar y girar en su cama porque el simple canto de un gallo lo despierta varias veces en la noche, y llora del desespero. «Pero es el simple canto de un gallo que de vez en cuando se escucha, ya se acostumbrará», me dicen. Qué sencillo es decirlo cuando no se vive esa tragedia.

Cómo duele cuando desea compartir en una reunión, pero las atronadoras explosiones de los globos le alteran su inocente existencia. «Son solo unos globos y sus estallidos duran unos segundos, ya se acostumbrará», me repiten como loras quienes no viven esa tragedia.

Cómo duele ver su rostro angelical y frágil, descompuesto por cada sonido que lo atormenta.

Quiere dormir, ir a las fiestas como todos los niños, pero vive con miedo; le duelen sus oídos, la cabeza y hasta la piel, se frustra, grita, llora y huye con pánico de los lugares. «Se tiene que acostumbrar», repiten las loras.

Duele, duele cuando llaman del colegio y dicen: «Llévelo a casa porque hay actividades con algunos sonidos que lo van a perturbar»

Duele, es un dolor diferente que carcome las entrañas y te descompone. Cómo duele estar rodeado de jueces que te señalan, pero no entienden la frustración que se vive, día a día.

Cómo duele la impotencia, cómo duele no poder evitar su dolor, sus miedos, sus angustias, sus lágrimas, sus desvelos y sus ojeras profundas causadas por un simple ruido.

Cómo duele llamar y llamar a los maestros para que informen sobre su proyecto educativo, pero la indolencia contagiosa y creciente logra evitar una respuesta que satisfaga.

Cómo duele el dolor, cuando te desgarra el alma. Cómo duele la soledad de una sociedad, indolente y cruel, que no sabe de sufrimiento, menos de la vida en un mundo autista.

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1 comentario en «Cómo duele su dolor»

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